Ciencia y Tecnología

¿Marte podría perder una de sus lunas?

11 Nov 2015 – 12:00 PM EST

Algún despistado puede sorprenderse, pero Marte, ese planeta del que tanto hablamos, tiene dos lunas. Esto no es nada nuevo, lo sabemos desde fines del siglo XIX, cuando Asap Hall las descubrió desde el Observatorio Naval de los Estados Unidos en Washington D.C.

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Las llamó Fobos y Deimos, en honor a los dos personajes de la mitología griega que acompañaban al dios Ares, a quien los romanos llamaban Marte. Ahora, sin embargo, nos enteramos de que es posible que Marte pierda a uno de sus compañeros.

Los satélites de Marte

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A principios del siglo XVII, el reconocido astrónomo alemán, Johannes Kepler había especulado con la posibilidad de que el Planeta Rojo pudiera tener dos satélites. Puede haber sido pura coincidencia, o quizás Jonathan Swift estaba al tanto de estas especulaciones cuando imaginó en su novela,  Los viajes de Gulliver, la existencia de dos satélites marcianos.

Hoy en día podemos confirmar que, efectivamente, Marte tiene dos satélites, Fobos y Deimos, de 22,2 y 12,2 kilómetros de diámetro, respectivamente. Se cree, además, que Marte podría tener otros satélites mucho más pequeños (de entre 50 y 100 metros de diámetro) orbitando entre el planeta y sus dos grandes lunas.

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Señales de deterioro

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Este panorama, sin embargo, estaría por cambiar pronto. «Pronto», claro está, pueden ser unos 50 millones de años, pero esto es muy poco en el contexto de la vida de un planeta. Los expertos han observado fracturas sobre la superficie de Fobos que creen podrían deberse a las deformaciones provocadas por las fuerzas que genera su interacción con Marte.

Hasta hace no mucho la principal explicación para estas marcas era el impacto de otros cuerpos celestes. La nueva teoría cobra fuerza a partir de la suposición de que el interior de Fobos probablemente no sea sólido, sino que, en términos simples podría ser una especie de bola de escombros rodeada de una capa que le da una apariencia sólida.

Este modelo explicaría casi perfectamente la existencia de varias de estas fracturas con diferentes edades y en direcciones que no se condicen con la teoría de un impacto. De confirmarse, serían muy malas noticias para Fobos, cuyos días parecen estar contados.

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