¿Mantener la mirada por mucho tiempo te resulta incómodo? Mira los resultados de este curioso experimento
¿Qué tanto te incomoda que te miren? ¿Te gusta prolongar tus miradas o prefieres hacer contactos visuales muy cortos? Los universitarios británicos traen una interesante respuesta.
De la timidez a la mala educación
Los seres humanos nos hemos encargado de llenar los contactos visuales con una serie de condicionamientos sociales, un problema que no tiene la mayoría de los demás animales. Si miramos por demasiado tiempo a una persona, podemos ser calificados como mal educados, o incluso como sexualmente perturbados si las miradas son muy intensas y cargadas de sugerencias.
Si retiramos la vista casi instantáneamente de quien nos mira, podemos parecer nerviosos o poco dignos de confianza. ¿Cuánto debe durar una mirada fija? Nadie tiene la respuesta a esa pregunta, pero lo que sí podemos responder es cuánto suelen durar las miradas entre los seres humanos hasta convertirse en incómodas.
El experimento británico
Un conjunto de universidades británicas reunió a un grupo de 498 estudiantes voluntarios de ambos sexos, de distintas personalidades (extrovertidos, introvertidos) y de diferentes apariencias (guapas, guapos y no tanto). Los chicos y chicas fueron puestos cada uno frente a un monitor en el que debían sostener la mirada de alguien que los observaba fijamente y pulsar un botón cuando esta se les hacía incómoda.
La duración promedio de las miradas fue de 3,3 segundos, con una desviación estándar de 0,7 segundos. Esto quiere decir que los más «mirones» soportaron un tiempo del orden de los 4 segundos, mientras que los más tímidos no pudieron aguantar la mirada más allá de los 2,6 segundos.
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¿Los chicos miran más que las chicas?
No hubo diferencias apreciables entre sexos, personalidades y apariencias. Así, el experimento desmontaría la teoría de que los chicos miran fijamente más tiempo que las chicas.
Del mismo modo, los guapos y guapas serían tan mirones como los que no son físicamente favorecidos. Parece que la duración de la mirada tampoco tiene que ver con respecto a si eres el alma de la fiesta o si prefieres mantenerte discretamente apartado en un rincón.
¿Y qué pasa cuando miramos fijamente?
El experimento también incluyó una tecnología de control ocular. A los voluntarios de miradas más largas se les dilataron las pupilas más rápidamente que a los de miradas breves. Sin embargo, estos cambios en la actividad ocular no son perceptibles a simple vista, así que no vale la pena que te pongas a intentar apreciar qué tan «dilatado» está el chico o chica que te está mirando.
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