Una nueva investigación plantea que los humanos tenemos un «segundo cerebro» y que se encuentra ubicado en nuestro estómago, manejando más funciones de las que imaginamos.
Este segundo cerebro es un grupo de nervios en el intestino llamado sistema nervioso entérico (SNE) y es el responsable de controlar el sistema digestivo.
Pero eso no es todo, ya que el estómago se encuentra directamente conectado con nuestras emociones. La serotonina y la dopamina son las hormonas del bienestar en el cuerpo y están mayormente hechas de bacterias del intestino.
Así como los pensamientos felices se originan en el sistema nervioso entérico, también pasa que cuando nos sentimos tristes no tenemos apetito o cuando estamos nerviosos nos dan ganas de ir al baño.
Bacterias y salud mental

Los investigadores también encontraron una conexión entre problemas de salud mental como la depresión y una inadecuada cantidad de bacterias intestinales saludables.
Este descubrimiento es importante porque le permite a los científicos encontrar nuevas opciones de tratamientos para quienes sufren de enfermedades mentales, tratando directamente el intestino.
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Las necesidades del cuerpo
Con la mayoría de las funciones del cuerpo, como respirar, el cerebro es quien le indica al cuerpo lo que tiene que hacer. Pero en este caso, el sistema nervioso entérico es quien manda señales al cerebro diciéndole qué es lo que el cuerpo necesita.
Como explica ASAP Science en su video, entre el 80 y el 90 % de las fibras nerviosas del sistema nervioso entérico son enviadas del intestino al cerebro, lo que significa que si bien el cerebro es el encargado de controlar las funciones del cuerpo, el « segundo cerebro» es quien le dice al cerebro cuáles deben ser esas funciones y hasta podría funcionar por su cuenta.
Microbios e intestino
La investigación también habla acerca de los microbios, los pequeños organismos vivos que viven en el intestino. Los microbios son los responsables de esos sentimientos de felicidad o tristeza por las hormonas que se producen en el estómago.
Los microbios se comunican con el cerebro para decirle qué es lo que quieren más y por eso juegan un rol importante en los llamados antojos. Los microbios le piden al cerebro más de aquello que los mantiene vivos.
Esta investigación nos permite conocer acerca de la importancia de ese «segundo cerebro». Y la importancia que juega nuestro estómago en nuestras emociones. Lo que comemos y la reacción de nuestro estómago frente a ello puede ayudarnos a ver por qué nos sentimos de determinada forma.