Ciencia y Tecnología

Los 6 errores de software más graves de la historia

14 Sep 2016 – 11:30 AM EDT

¡Para los programadores de ordenadores, no había mayor afrenta que incurrir en el error de dividir por cero. Una negligencia incalificable, con posibles consecuencias catastróficas, que debe haberle costado el empleo a más de uno. Todavía pueden hacerlo, pero ya los programas de verificación identifican la falla antes de la aprobación del sistema.

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Acompáñanos a recordar los 6 errores de software más graves de la historia. Comenzaremos por el que está registrado como el primer error de software, que en verdad no tuvo efectos calamitosos, pero permitió darle el nombre a estos yerros, llamados bugs (bichos) en el argot de los informáticos.

6. La polilla de Grace Murray Hopper

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Un bug es un error de software, un equívoco en un programa que puede inutilizar o enloquecer un ordenador y tener consecuencias muy lamentables. Curiosamente, como ocurre frecuentemente en la ciencia, el término tiene un origen trivial y lo que ahora define a una cosa, fue en principio otra muy distinta.

Es decir, lo que ahora se llama error de programación, no lo fue en origen. El nombre fue acuñado por la ilustre programadora Grace Murray Hopper, cuando todavía no había alcanzado el grado de contralmirante de la armada estadounidense.

Murray Hopper fue una pionera de la computación. A la carrera, para ganar la contienda tecnológica durante la Segunda Guerra Mundial, programó en 1944 el Harvard Mark I, primer ordenador electromecánico de IBM y fue la primera persona en desarrollar un compilador (una especie de traductor de un idioma de computación a otro).

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Cuando entró en operación el Mark III, la máquina sufrió una falla, encontrándose que una polilla (bug en inglés) se había hospedado en uno de sus circuitos. Grace tomó el bichito y lo pegó con cinta adhesiva en una cartelera.

5. El error del milenio

Durante muchos años del siglo XX, los alegres programadores de computadoras estuvieron haciendo su trabajo reservando solo dos dígitos para indicar el año, por ejemplo, 89 para 1989. Cuando se acercaba el año 2000, alguien se preguntó alarmado qué sucedería al cambiar, no solo de siglo, sino de milenio.

Se creía que los ordenadores pasarían de 99 a 00, es decir, del año 1999 al año 1900 y todo enloquecería. Los programadores trabajaron a dobles jornadas corrigiendo entuertos y no pasó nada desastroso. Fallaron sistemas telefónicos, cajeros automáticos y hubo muchos otros incidentes, pero ninguno de gravedad.

Si hubo uno algo cómico: el sitio web del Observatorio Naval de Estados Unidos, donde está el reloj que marca la hora oficial del país, indicaba con toda precisión la hora legal, pero la del 01 de enero de 1910. Los programadores de todo el mundo embolsaron cientos de millones de dólares, corrigiendo un error que ellos mismos habían creado.

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4. Una historia con el gas soviético entre leyenda y realidad

Los errores de software también pueden ser deliberados o deseados por alguien y este al parecer ha sido el más costoso de la historia en su tipo. A comienzos de los años 1980, el mundo estaba en plena Guerra Fría y la URSS, menos tecnológicamente desarrollada que Occidente, tenía que comprar muchos programas informáticos en otros países.

Por supuesto, Estados Unidos era el último lugar al que iban en busca de software. El gasoducto transiberiano fue una de las principales obras de ingeniería ejecutadas por la URSS. Los rusos hubieran preferido no confiar en nadie, pero no les quedó más remedio que comprar a los canadienses el sistema informático de control del gasoducto.

Una versión señala que la Central de Inteligencia Americana (CIA) se las ingenió para manipular el sistema canadiense, de manera que aprobara la inspección soviética pero fallara en algún momento durante su operación.

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Se dice que la explosión de 1982 del gasoducto transiberiano ha sido el ruido más ensordecedor producido por un ingenio humano en toda la historia, excluyendo las bombas nucleares. Una enorme montaña de rublos (todavía valían mucho) también saltó por los aires, en una economía que ya tambaleaba.

3. La omisión de un guión (-) en un programa hace fracasar el Mariner 1

En 1962, la NASA se consideró lista para iniciar la exploración de Venus y envió la sonda espacial Mariner 1 a bordo del cohete Atlas para sobrevolar al planeta que lleva el nombre de la diosa del amor en la mitología romana.

El cohete despegó a todo vapor, pero no precisamente con rumbo a Venus. Ante el riesgo de que cayera en el Atlántico en medio de las rutas utilizadas por el transporte marítimo, poco menos de 5 minutos después del despegue se envió la orden más temida en una misión espacial cuando es imprevista: ¡autodestrúyete!

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¿Qué paso? Un programador dejó de poner una rayita (un guión) en una instrucción y el ordenador del cohete no pudo leer correctamente uno de sus programas.

2. Un error de redondeo de cientos de millones de euros

¿Cuántas veces has redondeado 1,5 en 2 o 3,1 en 3? Lo haces sin que te cueste nada. No fue así en el vuelo del Ariane 5. Este cohete había sido diseñado por la Agencia Espacial Europea para poner cargas en el espacio, especialmente satélites de telecomunicaciones.

En 1996 explotó pocos segundos después de despegar del centro de lanzamientos en la Guayana Francesa ¿La causa? Un ordenador no pudo convertir una operación de coma flotante de 64 bits en un entero de 16 bits. En términos más civiles, no pudo redondear un número decimal para llevarlo a un entero, por un error de programación.

1. ¡Occidente nos está atacando!

El 26 de septiembre de 1983, estando en su oficina del centro de mando de inteligencia militar en Moscú, al comandante soviético Stanislav Petrov, corrieron a avisarle que la URSS se encontraba bajo ataque nuclear.

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Nos imaginamos la carrerilla del oficial hacia la batería de monitores, para ver, efectivamente, que las pantallas mostraban a un misil enemigo en marcha inexorable hacia la «madre patria» como gusta decir a los rusos. A los militares los entrenan para mantener la calma en situaciones de alta tensión y el comandante Petrov, o recibió el mejor adiestramiento disponible o fue el alumno más aventajado.

El teniente coronel Petrov conservó la serenidad y razonó que no tenía sentido un ataque con un solo misil y decidió esperar unos segundos. La corta espera empeoró las cosas. Las pantallas mostraron que otros 4 misiles iban rumbo a la URSS. No informar a la superioridad ya rayaba en traición, pero el hombre volvió a pensar que tampoco tenía lógica un ataque con solo 5 misiles, ¿para qué atacar con 5 si te van a responder con cientos o miles?

El mundo no supo, sino varios años después, lo cerca que estuvo del holocausto nuclear. Tras esperar otros angustiosos instantes, la amenaza se esfumó de las pantallas sin que nada estallara en la Unión Soviética. El software de un satélite militar de la URSS había sido engañado por los rayos del sol. Petrov fue duramente sancionado, pero quizá salvó al mundo, incluyendo su propia vida.

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El edificio en el que estaba hubiera sido uno de los primeros en ser destruidos, cuando Estados Unidos respondiera a un contraataque ruso motivado por un falso ataque. En 2006, la ONU declaró « Ciudadano del Mundo» a Stanislav Yevgrafovich Petrov.

¿Conocías estos costosos errores de software? ¿Qué te han parecido?

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