Todos sabemos que Stephen Hawking es un gran científico, un genio en matemática y física teórica y un gran luchador frente a una enfermedad que ha paralizado su cuerpo, y que por otras circunstancias, se ha quedado sin habla. Sin embargo, ha impartido clases de matemática y física, y además es un divulgador de ciencias con gran éxito mundial.
Pero a diferencia de la mayor parte de los grandes científicos, últimamente ha pasado realizando teorías conceptuales completamente opuestas a las suyas con las cuales pone en tela de juicio su credibilidad contradiciendo lo que mantuvo por mucho tiempo.
La primera retractación de Hawking

Durante casi treinta años, Hawking mantuvo de manera decidida que al evaporarse un agujero negro la información se perdía y que no había forma de recuperarla, argumentando que esta pasaba a otro universo conectado al nuestro a través de un agujero de gusano que servía de puente entre ambos universos.
Hawking afirmaba que cuando el agujero negro explotaba, liberaba tanta energía que no quedaba suficiente para enviar la información de regreso al espacio. Obviamente, el transporte de información, requiere de energía y esto, como argumentaba Hawking, puede observarse cuando nos pasan la factura por el costo de energía consumida en la información recibida en el televisor, el teléfono, etcétera.

Sin embargo, Hawking encontró resistencia en el trabajo de Leonard Susskind, quien sostuvo que de acuerdo al principio de conservación de la materia y energía, existe igualmente un principio que permite que la información no se pierda, sino que se conserva.
El asunto es más o menos parecido al agua estancada en un lavamanos: si le quitamos el tapón que retiene el agua en él, esta se va por la tubería y llega a un contenedor de agua sucia; así, el agua dejó el lavamanos, pero no se ha perdido y aunque no sea posible recuperarla, ella está ahí presente en algún lugar.
Tras la polémica con Susskind, a mediados de la década pasada, Hawking reconoció en una conferencia, sin una demostración matemática, que la información no se perdía, que quedaba en este universo y que lo demostraría, algo que no ha ocurrido hasta hoy.
Segunda retractación de Hawking
Igualmente, Hawking, que utilizo la relatividad general y la física cuántica para sus trabajos sobre la radiación de los agujeros negros que admitían un horizonte de sucesos, cuya área superficial aumentaba cuando entraba material y se reducía cuando este salía, renunció a la existencia del horizonte de sucesos. Aunque esto implica la eliminación de otro de sus descubrimientos en el cual estima que el área del horizonte de sucesos corresponde a la variable termodinámica entropía.
Bien sabemos que la solución de Schwarzschild para agujeros negros estacionarios es una de las soluciones perfectas de la relatividad general. Igualmente, aparece una solución más de las ecuaciones de Einstein para agujeros negros rotatorios los cuales no son esféricos debido a su momento angular: son los llamados agujeros negros de Roy Patrick Kerr. Así, la teoría de la relatividad, que ha sido una teoría sobresaliente, predice la existencia de agujeros negros.
A diferencia de Galileo, Heisenberg, Dirac, Einstein o Newton, entre tantos otros científicos notables, que siempre mantuvieron vivas su ideología sin temor, Hawking parece no estar seguro de lo que dice y si quiere recuperar el prestigio que tuvo, debe mostrar un tratamiento matemático que se vea coherente con sus nuevos estilos de pensamiento para convencer a la comunidad científica y, por supuesto, al mundo que tanto lo ha ovacionado.
Tal vez Hawking tenga razón, aunque no parece, pero, en ciencias nada es seguro, solo que Hawking ha demostrado constantemente temor a perder, pues siempre en ciencias hace apuestas en su contra. Esta no es la forma en que trabajaron aquellos grandes hombres de ciencia que al hacer un descubrimiento lo mantuvieron hasta ser confirmado. Incluso, muchos no llegaron a ver el triunfo de sus conclusiones y murieron seguros de sus investigaciones.