En un documental recientemente realizado por la BBC, neurocientíficos de Inglaterra sugirieron que el cerebro de los seguidores de Apple es estimulado por las imágenes relacionadas con la empresa de Cupertino de la misma manera que los cerebros de las personas religiosas es estimulado por las imágenes relacionadas con su religión.
Hay gente que habla acerca del "culto de Apple", y si creemos en este documental podría haber algo cierto dentro de esas afirmaciones. El programa, llamado "Secretos de las Supermarcas", analiza por qué las megacorporaciones de tecnología como Apple, Facebook y Twitter se han vuelto tan populares y partes tan importantes de las vidas de las personas.
En el primer episodio decidieron analizar a Apple. El presentador Alex Riley quería descubrir qué es lo que la compañía hace para que las personas sean tan emocionales al respecto de ellos. Imágenes de la apertura de la tienda de Covent Garden en Londres del año pasado mostraba a hordas de fans de Apple haciendo cola toda la noche, mientras que los empleados incitaban a los clientes de manera similar a un frenesí evangélico.
Riley se contactó con el editor del sitio World of Apple, Alex Brooks, un adorador de Apple que dice pensar en la compañía las 24 horas del día. Un equipo de neurólogos estudió el cerebro de Brooks mientras le hacían una resonancia magnética para ver cómo reaccionaba a las imágenes de los productos de Apple y a los productos que no eran de la compañía.
Según los neurólogos, la resonancia reveló que había marcadas diferencias en las reacciones de Brooks a los diferentes productos. Anteriormente, científicos han estudiado el cerebro de personas con fe religiosa, y encontraron que, según dice Riley: " los productos de Apple están disparando las mismas reacciones en el cerebro de Brooks que las que disparan las imágenes religiosas en una persona de fe."
Uno de los científicos dijo "esto sugiere que las grandes compañías de tecnología han utilizado las áreas del cerebro que han evolucionado para procesar la religión", dijo uno de los científicos.