La partícula fantasma: científicos detectan su origen, por primera vez, en una galaxia lejana
Hay momentos donde ciertos descubrimientos científicos obligan a los expertos a replantearse teorías. En este caso todo comienza con un neutrino que llegó a la Tierra desde una galaxia muy lejana, la cual tiene además un agujero negro supermasivo. Lo curioso del hallazgo es que el neutrino viajó por el espacio por 4 mil millones de años, hasta que fue a parar a la Antártida y se analizó en el Observatorio con un detector de partículas.
No es que sea el único neutrino que venga a parar a la Tierra, pero sí es el primero del cual se conoce su origen. Gracias a la observación pudo saberse en el momento exacto de dónde venía y apuntar los telescopios de observatorios en todo el mundo hacia ese sitio. Encontraron lo que se llama un blazar, una fuente enorme de energía asociada a una galaxia con agujero negro en el centro.
¿Por qué es tan difícil de encontrar un neutrino cósmico?
La mayoría de los neutrinos de nuestro planeta se forman dentro de nuestra atmósfera y los instrumentos no son sensibles como para detectar si son de aquí o de otro lugar del universo. Recién en 2013 el Observatorio IceCube pudo separa los neutrinos de menor energía de la Tierra de aquellos de mayor energía que provienen de otros sitios.
Antes de este neutrino se encontraron otros once, pero ninguno llevó a un descubrimiento importante. Este, sin embargo, guió al blazar de donde proviene y mostró grandes cantidades de energía saliendo de la fuente. Probablemente los neutrinos cósmicos anteriores también vinieron del mismo lugar.
Los neutrinos son llamados « partículas fantasma» debido a que no pueden detectarse a simple vista y chocan con la materia sin que esta sufra un cambio. Sin embargo, son el segundo tipo de partícula más común que existe. Conocer de donde provienen los neutrinos del universo puede dar información de cosas que pasan en el espacio, en otras galaxias. Falta un largo camino de investigación para saber las fuentes de otros neutrinos. El estudio de este neutrino en especial, el IceCube-170922A, se puede encontrar en la revista Science.
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