Luego del Brexit y contra todos los pronósticos, una nueva elección vuelve a sorprender al mundo en este 2016. Este domingo (2 de octubre), la mitad de los colombianos expresó en las urnas que no está dispuesta a perdonar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Ayer, el 50,23% de los habilitados para votar dijeron NO al plebiscito que pretendía ratificar el acuerdo por la paz con las FARC, frente al 49,77% que dijo que SI. En total, 6.419,759 millones de personas consideraron que el trabajo comunitario y la reducción de las penas no son suficientes para que los guerrilleros paguen por sus delitos.
El documento había sido pactado en La Habana (Cuba) el 24 de agosto pasado y firmado en Cartagena el 26 de septiembre por representantes guerrilleros y del gobierno del presidente colombiano, Juan Manuel Santos. En las negociaciones, que empezaron en 2012, participaron los gobiernos de Cuba y Noruega en calidad de garantes, y los de Venezuela y Chile como acompañantes.
El precio de la paz
En el plebiscito de ayer, los colombianos no rechazaron la paz, sino que manifestaron su desacuerdo con las condiciones establecidas para que los miembros de las FARC dejen definitivamente sus armas y se reintegren a la sociedad: tras 52 años de secuestros, asesinatos, desplazados y narcotráfico, lo que más se ansía es el final del conflicto.
Algunos puntos clave del acuerdo fueron cuestionados tanto por la oposición y parte de la ciudadanía, como por organizaciones internacionales. Estos son:
Indulto
“Serán amnistiables los delitos conexos con el delito político que describan conductas relacionadas específicamente con el desarrollo de la rebelión y cometidos con ocasión del conflicto armado”.
Se calcula, entonces, que la mayoría de los rebeldes serán amnistiados. Por el contrario, quienes resulten culpables de delitos graves como violación, secuestro, asesinatos u otros crímenes de guerra o de lesa humanidad, sí recibirán una condena.
Sin embargo, uno de los puntos del documento establece que la extensión de las penas serán reducidas para quienes confiesen rápidamente sus delitos, que serán juzgados por un Tribunal de Justicia Transicional. Incluso, en algunos casos, si piden perdón y ofrecen resarcir a las víctimas, podrán no pagar con cárcel y hacer trabajo comunitario.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, mientras votaba ayer en el plebiscito
Legalidad
Las FARC pasarán de la clandestinidad de la guerrilla paramilitar, a ser un partido político civil. Para ello, el movimiento recibirá más de 2 millones y medio de dólares de parte del estado colombiano.
El partido político tendrá garantizados diez cargos en el Congreso, distribuidos mitad y mitad entre ambas cámaras, durante los períodos electorales de 2018 y 2020. El “10% anual de la apropiación presupuestal para el funcionamiento de los partidos y movimiento políticos” será destinado para el partido político que constituyan las FARC, establece el documento.
El Centro Democrático es uno de los sectores políticos detractores del pacto entre la guerrilla y el gobierno de Juan Manuel Santos. Su referente, el ex presidente Álvaro Uribe, reclamó en junio que “los acuerdos deben garantizar mínimos esenciales para la verdadera paz. Deben contemplar cárcel para los culpables de crímenes de lesa humanidad y de narcotráfico que no deben ser premiados con la elegibilidad política”.
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Contra todos los pronósticos
Consultoras locales habían anticipado el triunfo del SI en las urnas. Pero ayer, la realidad fue otra.
Un estudio realizado por la consultora Datexto, encargado por el diario El Tiempo, afirmaba que el 55% de los colombianos votaría a favor del documento. Cifras y Conceptos manejaba un margen similar, con 54% de intención de voto para el SI. Ipsos Napoleón Franco, por su parte, mostró una ventaja más amplia, con 66% a favor y 34% en contra.
Por otra parte, Datexto había previsto una participación del 67,1% del electorado. La realidad fue otra: de los 34,9 millones de ciudadanos que estaban convocados para votar, apenas el 37,43% se pronunció.
Fueron tres los factores que pudieron haber incidido en estos resultados. Las fuertes lluvias, el triunfalismo de la campaña del SI y “una cierta soberbia de sus propuestas”, señaló Carlos Malamud, investigador de América Latina del Real Instituto Elcano.
- En el marco del acuerdo: Las FARC comenzaron el proceso de desarme la ONU
Lo que vendrá
Si bien las autoridades oficiales aún no han hecho público el próximo camino a seguir, el gobierno de Juan Manuel Santos ha declarado en reiteradas oportunidades que, si en el plebiscito no ganaba el SI, entonces no se podrá renegociar con las FARC.
La oposición colombiana dice que sí se puede modificar lo pactado.
Carlos Antonio Lozada, uno de los líderes guerrilleros, dijo en la Décima Conferencia de las FARC que “ no existe la más mínima posibilidad de que lo acordado en La Habana sea renegociado. Lo acordado, acordado está y no existe esa poibilidad”. Sin embargo, señaló que ”la paz como derecho síntesis no puede llevarnos a tomar esa decisión de seguir con una guerra tan doloresa”.
El futuro, entonces, es incierto.