La estrella Próxima Centauri podría ser como nuestro Sol... pero con esteroides
Algunos científicos y expertos como Yuri Milner, Stephen Hawking o el mismo Mark Zuckerberg tienen esperanzas de encontrar un planeta habitable en Próxima b, orbitando la estrella Próxima Centauri, la más cercana a nuestro Sol.
Ahora bien, ¿será este mundo tan paradisíaco como algunos quieren pensar?
Tal vez no. Al menos, así se refleja en nuevo estudio que demuestra que esta pequeña estrella enana roja tiene su propio ciclo de manchas solares, por lo que es posible que los planetas que la orbiten no sean tan agradables y comprensivos con la vida como a muchos les gustaría. se podría comparar a nuestro Sol, pero hormonado.
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Cómo es la estrella Próxima Centauri vista desde un planeta cercano
Tras este descubrimiento, si pisásemos la superficie de un planeta que orbita la estrella Póxima Centauri, la veríamos mucho más grande que nuestro Sol desde la Tierra. Esto se debe a que pese a ser más pequeña y menos cálida, la zona habitable tiene que estar más cercana al astro.
Pero no solo veríamos el inmenso disco rojo en el cielo. Sobre él observaríamos enormes manchas oscuras, o lo que es lo mismo, putrefacción del astro. Es decir que esta estrella es más parecida al Sol de lo que creíamos.
Ahora bien, según Brad Wargelin, del Centro Astrofísico Harvard-Smithsonian y autor del nuevo estudio sobre esta enana roja, si existen extraterrestres en el planeta Próxima b, el descubierto en la zona habitable de la estrella, su visión diaria es muy dramática debido a estas enormes manchas del astro.
Próxima b guarda muchas esperanzas para la humanidad, porque se haya en la zona habitable de Próxima Centauri, tiene una órbita total de 11 días y una masa similar a la de la Tierra. Es decir, puede albergar agua líquida.
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Qué sucede en Próxima b
Ahora bien, surgen muchos interrogantes en torno a la habitabilidad de Próxima b. Por ejemplo, ¿ tiene atmósfera? De momento, no hay pruebas, por lo que no sabemos si hay agua.
Además, su órbita es muy cercana a la estrella. Quiere decir que este astro, que emite fuertes llamaradas, podría avocar a estos planetas a una poderosa radiación que los convierta en yermos.
Y ahora aparecen los extraños ciclos de manchas solares de unos 7 años de duración. Es una estrella diez veces más pequeña y fría que nuestro Sol, que posee ciclos de 11 años. En su momento de máxima actividad, las llamaradas son muy frecuentes. En ese instante, aparecen manchas oscuras en su superficie, conocida como corona.
En el Sol, estas manchas suponen un 1 % de su superficie total. En Próxima Centauri, son de un 20 %. Es decir, que es un efecto muy dramático. Además, es un misterio el hecho de que una estrella tan pequeña posea estos ciclos de 7 años.
Este nuevo descubrimiento nos muestra que no sabemos cómo funcionan los campos estelares y cómo son generados. Puede ser que las estrellas enanas rojas como Próxima Centauri sean más complejas en su interior de lo que pensábamos. O tal vez sus ciclos son como si al Sol le añadieras esteroides.
El caso es que el efecto es muy devastador, y teniendo un planeta tan cercano como Próxima b, tal vez no sea todo tan bonito como puede parecer. No obstante, queda mucho por investigar y saber.
¿Quién sabe? Si Milner y Hawking consiguen llegar dentro de 40 años, tal como es su plan, igual descubrimos qué pasa en esta estrella vecina que está demostrando ser más compleja de lo que a priori se creía.
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