Crecimos con la idea de que los pueblos preexistentes y nuestras tierras no tenían valor alguno ya que recién fueron consideradas por la historia -o mejor dicho, los historiadores- tras un supuesto descubrimiento de la mano de un ambicioso y curioso explorador y navegante genovés: un tal Cristobal Colón.
Pisó tierra americana un 12 de octubre, y la historia la conocemos todos. Isabel y Fernando de Castilla celebraban la expansión del poderío español mientras millones de personas eran explotadas o asesinadas en manos de los conquistadores que, deslumbrados por la riqueza del continente americano, no dudaron en expropiar y saquear nuestras tierras.
No por casualidad fue un político español quien propuso en 1913 la fecha de la llegada de los europeos a América como motivo de «celebración» y con la idea de «unir» ambos continentes. «Día de la Raza», «Fiesta de la Raza», «Día del descubrimiento» y «Día de Cristobal Colón» fueron algunas de las denominaciones adoptadas por España y los diferentes países que alguna vez formaron parte de su imperio para celebrar esta fecha.
Pero los americanos no tenemos nada que celebrar. Aunque sí mucho para reflexionar.
Día del respeto a la diversidad cultural
Argentina fue uno de los países que optó por hacer un parate y revisar su historia. El Instituto contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo ( INADI ) fue el organismo que promovió la instauración del 12 de octubre como el « Día del respeto a la diversidad cultural» en reemplazo del histórico «Día de la raza» que todos supimos «celebrar» en nuestra época escolar.
Tal como explican desde el INADI, «esta fecha tiene la intención de llamar a la reflexión y que todos los espacios se vean encaminados hacia un diálogo intercultural que promueva los derechos humanos de la diversidad».

Pero la reflexión debe continuar
No solo se trata de reinterpretar el pasado y de reflexionar acerca del papel que jugaron los diferentes actores para ubicarlos en el lugar correspondiente de la historia. Poco a poco, y gracias al impulso de organizaciones e historiadores revisionistas, la verdadera historia ya está sobre la mesa.
Pero ese ojo crítico no se debe limitar a cuestionar el pasado. Los pueblos originarios continúan marginados, y al día de hoy muchos de sus derechos no se respetan.
De acuerdo a los datos aportados por el último censo del INDEC de Argentina del año 2010, 955.032 personas son indígenas o descendientes de estas comunidades. Representan al 2,38 % de la población total del país y merecen atención, respeto y el cumplimiento de sus derechos.
Así como también, merecen el cumplimiento de la Ley que busca proteger sus territorios y que -por tercera vez- busca ser prorrogada para que no se venza sin hacerse realidad.
Una deuda histórica con los pueblos originarios
La Ley 26.160 fue sancionada en 2006 y declaraba la emergencia territorial de las comunidades indígenas con el fin de frenar los desalojos de sus territorios. Establecía un plazo de 4 años para realizar un relevamiento de las tierras ocupadas por los pueblos originarios para avanzar en la correspondiente titulación. Ya pasaron 11 años desde aquel día pero al día de hoy no hay novedades al respecto.
De hecho, la ley debió ser prorrogada en 2009 y en 2013 porque nunca se cumplió. La nueva fecha de vencimiento es el 23 de noviembre de 2017. Nuevamente, nos acercamos al límite y no hay novedades de la titulación de las tierras.
Por eso, en busca de hacer cumplir la ley y los derechos de estas comunidades, es importante visibilizar la necesidad de prorrogar -por tercera y esperamos que por última vez- la Ley 26.160 pero remarcando que de una vez por todas, hay que cumplirla y hacerla cumplir.
- Te puede interesar: «La alarmante realidad que se esconde detrás del mate argentino»