Ciencia y Tecnología

La cura del coronavirus no llegará a todos los hogares: tenemos una explicación

26 May 2020 – 01:06 PM EDT

Conforme las investigaciones en relación al coronavirus (COVID-19) avanzan, la vacuna y la cura están más cerca. Aunque algunos países comienzan una "nueva normalidad" en un intento por retomar la rutina previa, la esperanza generalizada se enfoca a que trascurran los meses para declarar al coronavirus "vencido".... o cuanto menos, "factible de vencer".

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La potencial vacuna tiene a más de 15 laboratorios en el mundo lanzando su propuesta, y en general, hasta ahora las investigaciones apuntan a los anticuerpos generados por personas curadas de coronavirus como el gran secreto para una práctica preventiva exitosa.

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Laboratorios farmacéuticos como AbCellera, Berkeley Lights, GenScript, Regeneron Pharmaceuticals y VIR Biotechnology, coinciden en que la solución a largo plazo para el COVID-19 reside en crear un medicamento que esté fundamentado en el plasma de pacientes recuperados.

Lo anterior debido a que los anticuerpos pueden adherirse al virus y neutralizarlo, así que una dosis administrada a los pacientes más enfermos podría contrarrestar la infección y disminuir la tasa de letalidad.

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Cabe mencionar que este tipo de medicamento no puede considerarse una vacuna como tal, pero dado que los anticuerpos duran semanas o meses en la sangre de un individuo promedio, también podrían actuar como "inmunizadores temporales", por ejemplo, podrían significar una protección esencial para el personal médico que no pueda tener acceso a la vacuna de inmediato.

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Como cura y "vacuna a corto plazo", los anticuerpos parecen una solución definitiva contra el coronavirus, entonces, ¿cuál es el problema con ellos? Básicamente, ninguno dentro de los laboratorios... pero sí fuera de ellos: todo lo que concierne a la demanda actual de plasma, así como la potencial distribución, los patentes, y demás temas burocráticos a nivel global para el medicamento.

En todo el mundo, la sangre de las personas que se han curado tiene una gran demanda. En Estados Unidos, incluso los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) realizaron convocatorias para solicitar la colaboración de estos pacientes en ensayos clínicos, todo ello con una compensación económica de por medio.

Es aquí donde inicia el principal problema que involucraría a las medidas individuales que cada población tome: si la pandemia sigue creciendo, cualquiera que descubra un nuevo tratamiento con base de anticuerpos, sufrirá presiones para producirlo en cantidades suficientes.

Si se habla de una compensación económica de por medio como único móvil para iniciar los ensayos clínicos, los gobiernos tendrían que replantearse un presupuesto destinado a "premiar" la buena voluntad de los pacientes recuperados para donar plasma... ¿pero cuántas personas serían necesarias?

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Si una segunda ola de COVID-19 se empalma con una enorme brecha para acceder de forma regular a un buen sistema de salud, millones de personas podrían necesitar el medicamento con anticuerpos, quizás sería su única esperanza. Eso significa que los anticuerpos tendrían que ser fabricados literalmente por toneladas, en un proceso que conlleva separar las moléculas de los recipientes de células vivas y secarlas para conseguir un polvo.

Aquí radicaría la necesidad de construcción de múltiples instalaciones de biofabricación. Carnley Norman —vicepresidente de Fabricación de KBI Biopharma— estima que cada una de esas fabricas podría producir suficientes anticuerpos para un millón de personas cada año.

La realidad es que sólo EE.UU. ya rebasa el millón de personas contagiadas, así que en el futuro esta cifra podría escalar a 10 o 100 millones de personas en todo el mundo. Si todas necesitaran altas dosis de anticuerpos diferentes, también se necesitarían 300 biofábricas para producirlos según Norman... más de las que existen en el mundo hoy en día.

El camino a una "cura universal" es poco palpable en la actualidad según el especialista. Además de que las cantidades de tratamiento con anticuerpos curativos podrían acabar muy restringidas (en el peor de los casos haría qué decidir quién sí y quién no las recibe), no hay que olvidar las reacciones de los anticuerpos según cada historial médico.

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Para Holden Thorp — editor en jefe de Science el trabajo con los anticuerpos es loable y prometedor, pero en estos meses representa la idea de "arreglar un avión durante el vuelo... mientras todavía se están dibujando sus planos". Los esfuerzos podrían fallar, especialmente porque el comportamiento del coronavirus aún no es concretamente definido.

Aunque puede hablarse de una cura viable con anticuerpos, el verdadero problema no se encuentra en los hallazgos científicos a su alrededor, sino en la fabricación, distribución y recepción del medicamento con dicha base. El siguiente desafío es plantear ese escenario a nivel global.

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