Las personas que nos encontramos luchando con una gran cantidad de mails en nuestra cuenta sabemos lo tedioso que puede llegar a resultar y el gran efecto negativo que esto puede llegar a tener en nuestra productividad del día a día.
Sobretodo para los que trabajamos con nuestras computadoras, el tener una casilla de mails lo más limpia posible es una herramienta de trabajo más. En este artículo veremos un sistema de productividad para casillas de correos electrónicos llamada Inbox Zero.
Lo que propone Inbox Zero es básicamente un sistema para tener la bandeja de entrada de tu correo electrónico lo más limpia posible, utilizando un sistema de cinco etiquetas: borrar, delegar, responder, postergar y hacer. Tienes que tener unos momentos al día para procesar tus correos electrónicos y seleccionar qué etiqueta asignarle a cada mail que vas procesando.
Por ejemplo, puedes utilizar los filtros que provee GMail para procesar tus correos electrónicos de un modo bastante simple, y ayuda a que el procesado de los correos sea más simple. Con los filtros puedes crear etiquetas para mensajes específicos, siendo algunos parámetros a seguir el remitente del correo o la utilización de algunas palabras clave en el cuerpo del mensaje.
Los usuarios que implementan y defienden a Inbox Zero dicen que es una gran manera de bajar el estrés de tener cientos de mensajes en su bandeja de entrada.
Si por ejemplo tienes un empleo que demanda una gran cantidad de mensajes en tu correo electrónico y puedes controlar que el número no se vaya de las manos, sería una muy buena idea poder implementar este sistema. Por otro lado, este sistema también puede ayudar con la productividad a la hora de contestar mails, ya que procesándolos sabrás realmente cuánto tienes qué hacer.
Por el otro lado, los argumentos en contra de Inbox Zero son los mismos que para cualquier otro sistema de productividad que demanda un poco de tiempo extra: el tiempo que utilizas para mantener el sistema podrías utilizarlo para contestar los correos electrónicos atrasados.
Pero lo cierto es que no hay regla de oro para estas cosas, y lo que funciona para algunas personas tal vez no funcione para otras.