Debo confesarlo, desde hace mucho tiempo sé que hay un dragón en mi garaje. Al principio me daba vergüenza contárselo a la gente. Todos me dirían: ¿Cómo va a haber un dragón en tu garaje? ¡Si los dragones no existen! Pero el caso es que yo sé que tengo uno en mi garaje. Y si quieren más detalles les puedo decir que mi dragón es verde y escupe fuego.
¿Cómo sé que hay un dragón en mi garaje?
Simplemente lo sé. Va más allá de de una intuición. Se podría decir que es una convicción interna que traspasa el conocimiento habitual. Tengo fe en el dragón. Sé que no me creen, es normal, no los culpo. No todo el mundo puede sentir al dragón, es por tanto normal que duden de su existencia.
Al principio, cuando expliqué a mi familia que el saurio se alojaba en mi garaje fueron muy escépticos. No lo creían, incluso me tomaban por loco. Un primo mío que es físico, o químico, o biólogo (que más da) se empeñó en ir al garaje a mirar. Como si no fuese suficiente con que yo se lo contase. Pero bueno, soy una persona abierta de mente, así que le acompañé, aunque le advertí que no todos pueden verlo.

¿Y por qué no se puede ver?
Es que el dragón de mi garaje es invisible. Es así. Mi primo, que como digo es muy cabezón, dijo que aunque fuese invisible dejaría huellas en el suelo que podríamos observar. En ocasiones hay que tener mucha paciencia con él. Siempre le gusta buscar los tres pies al gato (¿o eran cinco?). El caso es que le tuve que explicar que los dragones vuelan. Todo el mundo sabe eso.
Pues ni así. Que decía no sé qué de la radiación infrarroja que dejaría y que tenía un aparato que lo mide y que lo iba a traer. Y dale. Pero bueno, llegados a este punto no iba a decirle que no. Así que se trajo el aparatejo. Y decía que no había calor por el dragón y que si hubiese un dragón quedaría un rastro de radiación. A veces no le entiendo cuando habla. Le tuve que explicar de nuevo que mi dragón ni está caliente, ni frío, ni tiene temperatura.
Entonces se le ocurrió una nueva idea. Ahora quería pintar el dragón. DIce que así lo podríamos ver. ¡Pero mi dragón es incorpóreo! - tuve que insistir-. La relación con mi primo se ha enfriado bastante desde entonces. Dice que no hay diferencia entre tener un dragón que no se puede ver, oír, tocar, ni detectar de ninguna manera y no tener un dragón. Me parece que no me cree.
Me gustaría que creyese más en mí, es mi familia, y le tengo aprecio. Podría hacer como su hermana. Cuando le expliqué que tengo un dragón en mi garaje se dió cuenta de que ella también. Y cuando alguien tiene un dragón en el garaje, creanme, no hacen falta tantas pruebas. Es algo que simplemente se sabe. Se siente muy adentro. Se tiene fe.
¿Existe realmente el dragón?
¿Cuál es la diferencia entre tener un dragón absolutamente indetectable y un dragón real? ¿No poder demostrar la inexistencia del dragón significa que existe? Esas son las dos preguntas que se tratan de plantear en estas líneas basadas en la historia de Carl Sagan. Tal y como afirma lo único que se deduce de estas palabras es que algo no funciona bien en mi cabeza. Aunque supongamos que, aún así, eres una persona muy abierta de mente y decides aceptar la remota posibilidad de que aunque no existen indicios, puede ser que exista el dragón. Si aparece algún dato nuevo revisarás tu postura.
Imagina ahora que las cosas son distintas. Ves huellas del dragón pero enseguida se borran, el detector infrarrojo lee fuera de escala y un spray revela una figura. Entonces, tendrás que aceptar que hay algo ahí. Imagina ahora que hay millones de personas afirmando que tienen dragones en sus garajes. Habrá que estudiar el asunto, aún siendo terriblemente escéptico. Especulamos con que sea cierto.
En ocasiones aparecen reportes que hablan sobre huellas de dragón que rápidamente desaparecieron, incluso algún afectado habla de haber sufrido alguna quemadura por culpa de su aliento. Pero cuando un esceptico está delante esto no sucede. Es imposible saber si las pruebas son falsas. Y una quemadura se puede producir de más maneras que con el aliento de un dragón.
¿Cuál es la diferencia entre tener un dragón absolutamente indetectable y un dragón real? ¿No poder demostrar la inexistencia del dragón significa que existe? ¿Cuál es tú opinión?