Gran avance: brazo robótico permite recuperar el sentido del tacto
Debido a un accidente automovilístico, hace 12 años, Nathan Copeland perdió la capacidad de sentir el tacto.
Si bien perdió toda sensación desde sus brazos hacia abajo, el problema no fue en su cerebro, son sus nervios los que transmiten las señales desde y hacia el resto del cuerpo.
Ahora, investigadores de la Universidad de Pittsburgh colocaron un implante eléctrico que logra estimular el cerebro de Copeland y le permite sentir el tacto con la ayuda de un brazo robótico.
El brazo cuenta con sensores de presión en cada punta de los dedos que envían señales directamente a su cerebro.
Un gran avance

Si bien ya era posible que un brazo robótico pudiera controlarse mediante el cerebro, el sentido del tacto es clave y el brazo robótico plantea el desafío de tener que mirar detenidamente al agarrar o mover cosas y confiar plenamente en la visión.
Pero ahora Copeland es capaz de diferenciar de qué dedo proviene su sensación o si es un objeto duro o blando y no necesita seguir el movimiento del brazo debido a que los sensores de presión que construyeron en el brazo robótico, le permiten registrar las sensaciones.
El proceso
El equipo de la Universidad de Pittsburgh comenzó a monitorear el cerebro de Copeland con una técnica no invasiva conocida como magnetoencefalografía. Mediante la técnica, pudieron ver qué partes del cerebro se activaban mientras miraba videos de manos tocando cosas.
La hipótesis era que esas mismas áreas son las que se activan cuando tocamos con nuestras propias manos, por lo que en esas zonas colocaron pequeños electrodos. Cuando un impulso eléctrico es enviado a los electrodos de su cerebro, Copeland lo siente como tocar algo con la mano.
Según lo registrado por los científicos, Copeland ha tenido el implante por 17 meses y sus respuestas son estables, lo que demuestra que la estimulación eléctrica no daña el cerebro.
El avance tiene sus limitaciones, Copeland no ha podido experimentar sensaciones de movimiento, dolor o temperatura y los científicos debaten que es poco probable que se pueda obtener una sensación completa con un brazo robótico.
De todos modos, se trata de un gran avance que podría ayudar a tratar otro tipo de problemas físicos, ayudando por ejemplo, a personas con lesiones de médula espina a poder controlar mejor la prótesis.