Especialistas explican cómo elegir el baño público más limpio
Las palabras baño público hacen temblar no solo a quienes tienen fobia a los gérmenes, sino que también a quienes tuvieron malas experiencias en ellos.
No todos los baños públicos son un asco, si quieres evitar el aguantarte las ganas de vaciar la vejiga hasta llegar a casa hoy te explicamos cómo escoger el baño público más limpio, ello según los consejos de especialistas.
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¿Cómo escoger el baño público más limpio?
Entras a un baño público y debes decidir cuál cubículo quieres utilizar y rogar que tengas suerte para no encontrarte con sorpresas desagradables. Especialistas recomiendan cómo tomar la decisión correcta.
Investigaciones basadas en la psicología humana indican que el primer cubículo suele ser siempre el más limpio y, la razón es que las personas tienden a evitarlo ya que creen que entrega menor privacidad.
Los cubículos más utilizados son los del centro, ya que a la hora de tomar decisiones las personas tienden a escoger lo que está al medio y no los extremos, algo que también se aplica a la hora de elegir un retrete.
Una investigación realizada en un baño público de California analizó con qué frecuencia los encargados debían cambiar los rollos de papel higiénico en cuatro cubículos. Utilizando la información de diez semanas llegaron a conclusiones.
Cuando había que cambiar un rollo en el 60 % de los casos se trataba de los correspondientes a los cubículos del medio, mientras que en los de los extremos el papel higiénico tendía a durar bastante más.
Hombres y mujeres tienen diferentes preferencias a la hora de elegir un cubículo en un baño público. Ellas evitan con mucha más frecuencia el primero, mientras que ellos simplemente se van por el que esté más cerca.
Si eres varón, las investigaciones indican que el cubículo más alejado a la puerta es también el menos utilizado, mientras que en el caso de las féminas el más cercano a la entrada es el menos usado.
Que un baño sea menos utilizado que otro no significa que sea siempre el más limpio, ya que todo depende de las costumbres de quién lo usó, pero las estadísticas afirman que, a menor utilización, menos será la cantidad y variedad de bacterias.
Si te aterroriza la idea de utilizar un retrete público, diversas investigaciones científicas han descubierto que la cantidad de gérmenes presentes en ellos es incluso menor en que en otros objetos de uso diario y, a diferencia de lo que se cree es extremadamente difícil que alguna bacteria pueda entrar a tu cuerpo al utilizarlos.
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