Encuentran los restos de una embarcación del siglo XVII en Panamá
Las aguas del mundo están plagadas de barcos que sucumbieron a las tormentas y las batallas, terminando en el fondo del mar. Para cualquier arqueólogo, descubrir embarcaciones antiguas es una forma de conocer nuestro pasado y la épocas histórica a la que pertenecieron. Por eso es importante el descubrimiento de esta nave del siglo XVII en aguas de Panamá, llamada Encarnación.
Encarnación
Este barco se hundió en 1681, durante una tormenta en la desembocadura del río Chagres. Sin embargo, fue construida en México y pertenecía a la flota Tierra Firme, de propiedad española. Gracias a que se enterró parcialmente en el suelo marino se preservó muy bien, y escapó a los saqueos que generalmente sobrevenían a los barcos hundidos.
El barco es una mirada a la vida colonial del siglo XVII, el mercado que existía y el consumo de arte. Los españoles extraían oro de las minas peruanas y mexicanas, y para transportar las riquezas construían flotas mercantes escoltadas por barcos de guerra. Luego de dejar lo extraído en España, eran cargadas con productos del país y devueltas a las colonias, donde eran vendidos.
España tenía en ese entonces dos flotas principales, la Tierra Firme, que comerciaba en América del Sur y América Central, y la Nueva España, que comerciaba en México. Hasta el momento se han encontrado 16 embarcaciones hundidas, pero la mayoría fueron asaltadas por los saqueadores o comidas por las bacterias y gusanos.
La historia revelada
Es extraño encontrar un barco que aún mantenga parte de su cargamento, y el Encarnación cumple con este requisito. Incluso nos permite observar cómo eran construidos los barcos de esa época. La examinación demostró que se usó un material llamado granel, compuesto de arena, cal y algunas piedras, que ayudaba a recubrir el barco si era muy fino. No se sabe aún si ese material fue inventado en América o traído desde España.
El Encarnación fue encontrado por casualidad mientras buscaban restos de las embarcaciones del pirata Henry Morgan, que durante su poderío lideró una flota de 36 barcos. En 1670, se dirigía a la ciudad de Panamá para saquearla cuando una tormenta hundió 5 de sus barcos. El primer indicio de que estos restos no pertenecían a la flota de Morgan fue el cargamento. Alguien que planea saquear una ciudad no viaja cargado.
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