A medida que ascendemos hacia el norte del planeta, las horas de luz diurna durante el invierno escasean, y durante el verano se alargan progresivamente. Es durante esta estación cuando encontramos días cada vez más largos, que alcanzan su pico máximo en el polo norte.
El polo norte es la región más norteña de la Tierra, y donde todas las líneas de latitud convergen. En este punto encontramos la particularidad de que en el verano el sol es eterno, y cruza todo el cielo, tocando el horizonte y volviendo a subir. Lo contrario ocurre en invierno, cuando el sol no aparece.
Esto, claro, no ocurre a lo largo de toda la estación, sino que tiene lugar en días muy ' polarizados' [jojojo (¿?)]. En fin, debajo va el video que lo demuestra, y que basta para convencerse de que el polo NO es un lugar para mudarse.