Nos metemos de lleno en el apasionante tema de la biología marina para hablar de una de las especies de peces más bonitas que podemos encontrar en los acuarios: los famosos peces Betta.
El nombre científico de este pez es el de Betta splendens, y es una especie de pez que habita en agua dulce. Se lo conoce también como “ luchador de Slam”, y está clasificado como vulnerable debido a que su población ha disminuído muchísimo, algo que desgraciadamente no impide que sea muy frecuente encontrarlo en acuarios domésticos, totalmente aislado de su hábitat original.
El betta es un pez que habita aguas dulces pero no cualquier tipo de ellas. Normalmente se lo encuentra en aguas estancadas o con movimiento más bien lento, y con temperaturas de entre 24 y 30 ºC.
Es un pez omnívoro que se alimenta principalmente de larvas de insectos y de zooplancton. Crecen hasta unos 6 centímetros y viven unos dos años.
Más allá de todas sus características de especie, la que más nos interesa a los humanos (no necesariamente a los biólogos propiamente dichos, por supuesto) es su aspecto físico. Los betta son originalmente marrones y verdosos, pero la crianza en cautiverio ha permitido que desarrollen un colorido llamativo en sus aletas, que va desde verdes brillantes, bordó y tonalidades azules.

En cuanto a su comportamiento una de las características principales es su agresividad, manifestada especialmente cuando se enfrenta a su propia imagen en el reflejo de la pecera.
Recuerda que el acuario no es el lugar original de los peces. Si por un exceso de necesidad de tener una mascota necesitas tener un pez en tu casa, infórmate antes de comprar uno y asegúrate de que al menos no sea una especie en extinción, pues de lo contrario estarás alimentando una industria que lamentablemente crece día a día y que va en contra de la conservación de las especies.