Estoy seguro de que en más de una o dos mañanas te llevaste una desagradable sorpresa al mirarte al espejo por primera vez y constataste que tu rostro parecía una mala copia del que estás acostumbrado a ver. Es más, seguramente estas sorpresas hayan sido la continuación de una noche de insomnio en la que no descansaste bien.
En el estudio se aprecia justamente eso: un rostro descansado (izquierda) y un rostro sin descansar (derecha). La diferencia es evidente, y la misma ha sido analizada por investigadores del Instituto Karolinska de Estocolmo, quienes han trabajado con un grupo de voluntarios para ver cómo incidía el ciclo de sueño sobre su apariencia, llegando a interesantes conclusiones.
Para conocerlas se realizó un sencillo experimento. Se fotografió a individuos tras ocho horas de sueño normal, y posteriormente tras 31 horas de privación de sueño. Para tomar las fotos se les pidió que permanecieran sin maquillaje y que tomaran la misma expresión, además de ser fotografiados a la misma distancia de la cámara.
Luego se les pidió a 23 jóvenes hombres y mujeres que evaluaran cuáles eran las fotos que les gustaban más. Tras conocer las respuestas, los investigadores descubrieron que los individuos descansados eran percibidos como más atractivos y saludables que los demás, por lo que el dormir bien es fundamental para lucir saludable.
Los resultados tienen un cierto aporte a la medicina en el sentido de que puede afinar el diagnóstico médico teniendo en cuenta esto como variable. Sin embargo, reconozcamos más que nada que los mismos son un buen aporte al saber popular demostrando que el hecho de que dormir nos hace más bellos no tiene nada de mítico.