Dibujando con luz: así nos invita a transformar el mundo Sebastião Salgado

16 Ago 2017 – 02:24 PM EDT

Photo significa «luz» y graphien, «dibujar» o «escribir», en griego. Un fotógrafo es, desde la propia etimología de la palabra, quien dibuja con luz. Quien «escribe y reescribe el mundo con luces y sombras», como se nos cuenta en el documental La sal de la Tierra.

Sebastião Salgado es un dibujante de la luz. Y hoy me gustaría presentártelo: esta es la historia de un hombre a quien le importan profundamente las personas. Es la historia de un economista que atravesó una profunda metamorfosis y que ahora se dedica a sanar las heridas de nuestro mundo, mediante la fotografía.

Porque la vida es cambio: de los números a las imágenes

Su padre quería que fuera abogado, pero Sebastião estudió economía. Se dedicó a ella gran parte de su vida, hasta que su esposa Lélia se compró una cámara fotográfica. No tardó en darse cuenta de que hallaba más gusto en las fotografías, que en los informes financieros. De esta manera, comenzó a desarrollar una pasión que se terminó convirtiendo en su vida.

En las fotografías, se encontró a sí mismo: descubrió un camino para expresar su historia irrepetible, así como su visión única del mundo. Pero también se perdió: este camino lo puso en contacto con la brutalidad de nuestra humanidad, en Ruanda, y le hizo perder la fe en nuestra especie. Todo este sufrimiento enfermó su cuerpo, al punto que su médico le advirtió: «Has visto tanta muerte que estás muriendo también. Debes detenerte».

Y Sebastião se detuvo; por un tiempo, dejó su cámara de fotos. Pero solo para transmutar toda esa aflicción y volver a tomarla con una convicción fortalecida.

La vuelta al Génesis

Después de permanecer fuera de su país por mucho tiempo, Sebastião decidió volver a sus raíces. Cuando llegó a Brasil, encontró una tierra devastada; el paraíso de árboles que él recordaba de su infancia había sido talado.

Lejos de estancarse en lamentos, no obstante, Sebastião se propuso sembrar ese paraíso nuevamente.Y desde que esta intención nació en su mente, la vida empezó a ganarle la partida a la muerte que se había instalado en su cuerpo y en su tierra natal.

Entonces, volvió a mirar a través del lente. Su voluntad de tomar fotos renació, pero renovada y más heterogénea. Ahora, los seres humanos no seríamos los únicos protagonistas de sus fotografías: estas también se centrarían en mostrar a nuestro mundo en su real diversidad.

Este es el espíritu de su último proyecto, Génesis:

«Para "Génesis" he estado con los gorilas del Congo, las orcas y ballenas de la Patagonia, con la tribu zo´é del Mato Grosso brasileño, los korowai del occidente de Papúa Nueva Guinea, los nómadas ganaderos dinka de Sudán, con las comunidades mentawai de Sumatra, y en Siberia y en el Círculo Polar Ártico... He estado en los mundos helados de los icebergs antárticos, los glaciares de Alaska, los volcanes de África central y de la península de Kamchatka, los desiertos saharianos, los ríos amazónicos y las gargantas del Gran Cañón del Colorado. Recorrí a pie los 850 kilómetros de las montañas etíopes en tres meses».

¿El resultado? 245 fotografías, 32 expediciones y lo más significativo: una perspectiva de nuestro mundo que nos invita a repensarnos.

Más allá de la luz

Con sus fotografías de luces y sombras, Sebastião iluminó para nosotros innumerables manifestaciones de vida a las que nuestro antropocentrismo nos ha cegado. En este primer sentido, sin atisbo de duda, la obra de este dibujante-escritor es un recordatorio: no estamos solos en este mundo. Estamos inexorablemente conectados con la naturaleza. Y nuestra ambición la está destruyendo.

Pero la obra de Salgado no se agota en recordatorios; es también, y por sobre todo, una invitación a ir más allá de la luz de sus fotografías. A reconocernos en la vida que late en esos instantes capturados para al fin superar las sombras de nuestra indiferencia.

Los artistas como Sebastião tienen el poder de transformarnos. Si también tienes esta convicción, te invito a seguir mi página como autora.