La lluvia de estrellas es un fenómeno que se da cuando un cometa interactúa con el viento solar. No es en realidad una lluvia de estrellas, sino de partículas que pueden ser del tamaño de un grano de arena y que se desprenden de los cometas.
Se puede predecir cuándo habrá lluvia de estrellas, en el 2011 tuvimos una lluvia de estrellas los primeros días del año, y la lluvia de estrellas más importante en lo que queda del año será el 8 de octubre.
Se llama lluvia de estrellas al efecto luminoso que producen las partículas al entrar en la atmósfera terrestre. Estas partículas son de tamaños muy variados y son llamados meteoros cuando el tamaño es lo suficientemente grande para impactar en la superficie terrestre sin desintegrarse en la atmósfera.
Las lluvias de estrellas son anuales, se producen aproximadamente una vez por año y han sido bautizadas con distintos nombres:
Cuadrántidas:
Se da entre el 1 y el 5 de enero, y es una de las lluvias de estrella de mayor intensidad. Se originan en el asteroide EH1.
Líridas:
Es de actividad moderada y se produce entre el 15 y el 26 de abril. Proviene del cometa C/1861 G1 en la constelación de Lyra.
Perseidas:
Es la lluvia de estrellas más popular y que mas observadores atrae, es de actividad alta y se extiende entre el 16 de julio y el 25 de agosto. También es conocida como “Lagrimas de San Lorenzo”.
Oriónidas:
Es una lluvia de meteoros de intensidad media que puede observarse desde todo el globo terrestre entre el de 2 de octubre y el 7 de noviembre.
Leónidas:
Se produce cada año entre el 15 y el 21 de noviembre. Es una lluvia de meteoros de gran velocidad de color rojizo que dibujan una estela color verde en el cielo.
Geminidas:
Una lluvia de estrellas de intensidad alta que se repite entre el 7 y el 17 de diciembre.
La lluvia de estrellas de mayor intensidad se dará este año el 8 de octubre. Será sin dudas una fecha especial para los astrónomos amateur que podrán disfrutar del espectáculo con sus telescopios. Pero a la vez, la NASA y todas las agencias espaciales se preparan.
Representa un problema para los satélites artificiales y misiones espaciales, con peligro de impactos por ejemplo en la estación espacial internacional (ISS) y todo artefacto o dispositivo puesto en órbita por el hombre.