La habitabilidad planetaria es la medida que tiene un astro para sostener la vida. Los organismos vivos pueden desarrollarse en un planeta de manera natural o ser transferidos allí desde otras regiones del cosmos. Este último proceso se denomina panspermia, y es objeto de las ciencias astronómicas dada la posible necesidad para los humanos de abandonar la Tierra en un futuro determinado.
La incertidumbre sobre cómo podría ser la vida en otros rincones del universo obliga a la los expertos que definen estos criterios a extrapolar las condiciones de la Tierra ―favorables evidentemente a la vitalidad― y del Sistema Solar al modelo ideal de habitabilidad.
Por esta razón el primer aspecto que se mide para considerar un objeto habitable es que el sistema al cual pertenezca tenga una fuente energética que permita a sus organismos mantener el metabolismo. Debe tener además grandes extensiones de agua en estado líquido y condiciones que favorezcan una organización molecular compleja.
Para determinar los criterios de habitabilidad se tienen en cuenta la composición de los cuerpos, sus propiedades orbitales, su atmósfera y las interacciones químicas que pueden desarrollarse. Lo usual es que se focalice el estudio en aquellos planetas o satélites rocosos cuyas características químicas sean similares a las terrestres. Otros elementos a considerar son la luminosidad, la masa del astro, su estabilidad y la presencia de metales en su superficie.
Junto a las características planetarias se tienen en cuenta otros factores del medio ambiente galáctico. Algunas zonas de las galaxias tienen mejores condiciones para la vida que otras. Tanto la aglomeración de cuerpos, como aislamiento absoluto son elementos perjudiciales. Es necesario que no haya fuentes de rayos gamma ni radiaciones iónicas cerca. Se cree que el área donde se ubica el Sistema Solar, llamada Espuela de Orión, es una región muy favorable para que se desarrolle la vida.
Los avances en la ciencia han permitido que la idea de que otro planeta albergue vida humana cobre sentido. Las observaciones y exploraciones robóticas en distintos cuerpos extrasolares y del propio sistema han ofrecido información crucial que permite hacer comparaciones geofísicas entre estos y nuestro planeta, también para saber que la vida extraterrestre tiene grandes probabilidades de existir. Teniendo en cuenta estos criterios, el número de planetas habitables que se estima ―tan sólo en nuestra galaxia― es de 600 millones.