
Aunque nos parezca algo tan natural que en la actualidad podamos saber con certeza quién es nuestro padre, lo cierto es que a inicios del siglo XX todavía no había respuesta a esta interrogante. Con los avances de la ciencia, aparecieron los análisis de ADN que permiten resolver estas cuestiones con un 100 % de seguridad. En el artículo de hoy pretendemos mostrarte cómo son las pruebas de paternidad y cuál es el camino que siguieron las investigaciones para lograr semejante éxito.
Técnicas para determinar la paternidad

Las primeras técnicas para determinar la paternidad fueron:
- Identificación del grupo sanguíneo: estos grupos (A, B, AB y O) se determinan a partir de la presencia o ausencia de proteínas A, B o los factores Rh en los glóbulos rojos. Los últimos no dan información de paternidad, pero las primeras sí. Por ejemplo, si el padre es del grupo sanguíneo A y la madre del O, su hijo no podría ser B. Es una prueba que sirve para discriminar, pues asegura cuando la persona no es el padre, mas no puede probar cuando lo es.
- Prueba de antígeno leucocitario humano: es también una prueba de proteínas en la sangre, pero en los glóbulos blancos . Aunque se requiere de más cantidad de sangre para hacer el estudio, es mucho más efectiva que la anterior. Solo hay 4 grupos sanguíneos; sin embargo, esta molécula admite centenares de tipos. Por lo cual se puede ser más específico y descartar más dudas. Aun así, no es determinante.
Ver también: Grupos sanguíneos: compañeros de la humanidad
Pruebas de ADN
En los 80 entra en escena el ADN. Las pruebas de ADN son efectivas en un 99.99%, lo cual obviamente es muy elevado. La idea es aislar una cadena de ADN del padre, una de la madre y otra del hijo. Sobre ellas hacen actuar una enzima que los convierte en fragmentos asimétricos. Algún fragmento del hijo debe coincidir en longitud con uno de la madre o del padre. Si la mitad de los fragmentos de ADN coincide con los del presunto padre entonces no hay dudas de la paternidad.
En los 90, las pruebas de paternidad basadas en ADN se hicieron incluso más sencillas pues apareció la reacción en cadena de la polimerasa, esta actúa sobre una simple muestra de la mejilla de cada uno de los tres individuos replicando los ADN por millones. Los científicos observan 16 fragmentos específicos del hijo, 8 deben coincidir con el ADN del padre y 8 con el de la madre.
Ver también: ¿Para qué sirve el ADN?
En realidad, se ha ido haciendo cada vez más sencillo determinar si alguien es el padre de un pequeño o no lo es. Las actuales pruebas de paternidad funcionan basadas en las equivalencias de ADN entre padres e hijos, lo cual permite casi en un 100% de posibilidades estar seguros de nuestra progenie.