Científicos encontraron el primer pez de sangre caliente
Todos los peces son de sangre fría, ¿no? Definitivamente no. No, al menos, a partir de que un grupo de científicos norteamericanos descubrieron un pez que tiene 100% sangre caliente. ¿Sorprendido? Seguro que si, continúa leyendo para averiguar de qué se trata exactamente.
Los diferentes mecanismos de termoregulación
Los términos «sangre fría» y «sangre caliente» han quedado un poco obsoletos en la comunidad científica ya que, en realidad, hacen referencia a diferentes mecanismos de termoregulación de los animales.
Normalmente se agrupa debajo del término sangre fría a tres mecanismos diferentes: Ectotermia, Poiquilotermia y Bradimetabolismo. Los científicos sostienen que la mayoría de los animales considerados de sangre fría no tienen estos tres mecanismos a la vez, sino que tienen alguna combinación con sus mecanismos de termoregulación respectivamente complementarios, los llamados de sangre caliente: Endotermia, Homotermia y Taquimetabolismo.
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El pez de sangre caliente
Más allá de la distinción que hicimos anteriormente, en general, se dice que los peces son de sangre fría ya que la mayoría de las especies conocidas utilizan predominantemente mecanismos como la Ectotermia, la Poiquilotermia y el Bradimetabolismo. Ahora bien, un grupo de científicos de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA, en Estados Unidos) descubrió un pez que no podría entrar en esa categoría: un pez con 100% de sangre caliente.
Según el reporte de los investigadores la especie Lampris guttatus es capaz de mantenerse a una profundidad aproximada de 300 metros con una temperatura estable, algo que nunca se había constatado en ningún otro pez. Este mecanismo de adaptación, además, parece tener una excelente ventaja evolutiva: esta especie de pez es un feroz depredador ya que puede moverse mucho más rápido que sus potenciales presas. En palabras de Nicholas Wegner, el líder de la investigación:
La forma en que funciona este mecanismo es batiendo sus grandes aletas pectorales como alas, lo cual calienta los músculos y la sangre circulante, que se bombea a través del resto de su cuerpo, acelerando su metabolismo. Los científicos descubrieron que el secreto estaba en el particular diseño de sus branquias. Esta configuración se conoce como un sistema de intercambio de calor a contracorriente, y significa que el calor generado por el cuerpo puede ser reciclado, en lugar de ser disperso en el ambiente.
Este mecanismo ya se conocía en otras especies, pero nunca se había observado en peces de agua profunda, lo cual le da una especial ventaja evolutiva a la especie Lampris guttatus. Esto parece confirmarse, además, por el hecho de que en los últimos años la población de esta especie parece haberse multiplicado rápidamente.
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