Blue Origin vs. SpaceX: la nueva carrera espacial sigue más viva que nunca y el foco está en los cohetes reutilizables
No es la primera vez que hablamos sobre esta carrera espacial moderna que se está desatando entre dos multimillonarios de la industria de la tecnología: Elon Musk, con su empresa SpaceX, y Jeff Bezos, con Blue Origin.
Si los nombres de estos dos empresarios no te suenan conocidos, seguro sí lo harán algunas de sus empresas. Musk es el cofundador de PayPal y Tesla Motors, mientras que Bezos fundó Amazon.com y es también propietario del Washington Post. Estos gigantes tecnológicos han proporcionado tanto a Musk como a Bezos con los fondos necesarios para cumplir sus sueños y entrar a la industria aeroespacial.
Eso sí, esta carrera espacial es diferente a las anteriores. No solo se da en el ámbito privado, sino que las metas son muy distintas. No se trata de poner hombres en el espacio, ni mucho menos en la luna (aunque no descartamos que esto suceda), el objetivo en la actualidad es lograr que los viajes al espacio se transformen en un negocio redituable. ¿La clave para lograrlo? Los cohetes reutilizables.
¿Por qué es tan importante conseguir cohetes reutilizables?

Viajar al espacio es caro. Esto no es nada nuevo ni sorprendente, pero sí es interesante analizar el por qué es tan caro. Mucho se habla del combustible necesario para enviar un cohete al espacio, sin embargo, quizás te sorprenda saber que, según el mismo Musk, cuesta nada más unos 200 000 dólares. Piénsalo, hay casas mucho más caras que esto y ni siquiera estamos hablando de grandes mansiones.
Si con 200 000 dólares se puede llegar al espacio, ¿por qué decimos que es tan caro? El problema, claro está, radica en dónde va ese combustible. Utilizando nuevamente los datos de Musk, construir un cohete capaz de alcanzar esta meta cuesta unos 16 millones de dólares.
Ahora sí que hablamos de mucho dinero y es aquí que entran en juego los cohetes reutilizables. Con los números que analizamos hasta ahora, viajar al espacio costaría (aproximadamente y sin considerar otros gastos menores), unos 16.2 millones de dólares. Sin embargo, si el mismo cohete se pudiera utilizar dos veces, el gasto se reduciría a 8.4 millones y seguiría bajando si pudiera utilizarse aún más veces. Esta es la razón por la que tanto SpaceX como Blue Origin buscan construir un cohete «reciclable».
¿Qué se ha logrado hasta el momento?
No es que construir un cohete reutilizable parezca simple, pero resulta que la idea es incluso más compleja de lo que aparenta. Para reutilizar el cohete, primero hay que aterrizarlo cuando retorne a la Tierra y en esto se concentró la competencia durante el 2015.
En noviembre, el primer paso lo dio Blue Origin, siendo la primera en aterrizar un cohete que estuvo en el espacio. Aunque... Elon Musk no está tan de acuerdo y, aunque felicitó a la empresa de Bezos, se encargó de señalar que el New Shepard de Blue Origin era un cohete suborbital. Poco después, en diciembre, SpaceX logró aterrizar su cohete Falcon 9, tras haber llegado bastante más lejos que el New Shepard.
Parecería, entonces, que SpaceX estaba ganando la batalla. Sin embargo, recién comenzado el 2016, la compañía de Bezos se encargó de dejar en claro que sigue en la competencia. Por primera vez en la historia, Blue Origin logró enviar un cohete al espacio, aterrizarlo, volver a enviarlo y aterrizarlo una segunda vez, probando que la idea de los cohetes reusables no solo es posible, sino que es una realidad, como puedes ver en este video:
Aunque el cohete utilizado es el mismo cohete suborbital criticado por Musk, Blue Origin asegura que estas no son más que pruebas de un sistema de aterrizaje que piensan usar en el cohete orbital que están desarrollando. Ya veremos qué tan lejos los lleva, pero sin duda esta carrera espacial nos tiene varios avances tecnológicos preparados para el futuro, tanto de parte de Blue Origin como de SpaceX.