Blake Lively y Ryan Reynolds decidieron no referirse a su hija como «mandona»: ¿por qué?

No somos conscientes del peso que tienen las palabras hasta que alguien nos hace daño con ellas...
Cuando tenía once años, no le encontraba ningún defecto a mi cuerpo; al contrario, corría por la playa en traje de baño y disfrutaba de usar cualquier prenda. Sin embargo, ese mismo año, mis amigas me dijeron que era «gorda ».
Yo, sin saber lo que eso significaba, fui a casa a preguntarle a mi madre. Al hablarlo, me convenció de que no tenía sobrepeso. Pero, con el paso de los días, el calificativo que habían usado para referirse a mí comenzó a hacer mella.
Cuando cumplí los 12 años, decidí no sacarme la camiseta en la playa nunca más, porque era «gorda». Y fue recién a los 23 años que decidí por fin disfrutar de mi cuerpo porque no había nada malo en él.

Una de las parejas más populares y divertidas de Hollywood conoce el impacto de las palabras y por eso tomó una decisión importante respecto a la crianza de sus hijas. Se trata de Blake Lively y Ryan Reynolds, quienes eliminaron del diccionario de su casa la palabra mandona ( bossy, en inglés), porque creen que es un calificativo que condiciona a sus hijas.
En una entrevista para la revista Glamour, Lively dijo que es fundamental el empoderamiento femenino para alcanzar la igualdad y que es justamente eso lo que quiere enseñarles a sus hijas. Quiere que James e Inez conozcan su propia fuerza sin que sean absorbidas por las inseguridades que están a su alrededor.
Reynolds, en tanto, cuida sus palabras porque se ha dado cuenta del impacto que les causa a las niñas cada vez que les dice «mandonas».
La construcción del autoestima de un ser humano es un proceso muy delicado, que lleva años concretarlo y segundos destrozarlo. Y en este proceso, cuidar el lenguaje y educar para fortalecer el amor propio es otra forma de empoderar y de construir un mundo más igualitario.
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