Considerarse feminista es un término que muchas veces se malinterpreta. Todo esto se debe a la falta de conocimiento. Las feministas no odiamos a los hombres. Tampoco somos mal humoradas y lo que buscamos es la igualdad en condiciones para todas.
Algo que nos caracteriza, es que vemos a las demás mujeres como hermanas. Esto puede hacer una diferencia fundamental en la lucha por nuestros derechos. Desafortunadamente muchas veces somos nuestras propias enemigas y si eso cambiara, representaría una diferencia del cielo a la tierra para todas.
¿Qué puedes hacer para ayudar? ¿Cómo puedes ser parte de la solución?
#1-Deja de odiar
Muchas veces nos metemos ideas erróneas en nuestra cabeza. Deja los pensamientos negativos a un lado. Ignora las actitudes equivocadas y dedícate a educar con tus acciones.
#2-Comparte tu historia
Cuando le cuentas a otras mujeres tus experiencias, especialmente las negativas, estarás utilizando tu experiencia para crear conciencia. Evitarás que otras cometan los mismo errores.
#3-Aconseja

Por tus años vividos, tienes más experiencia. Esto significa mayor responsabilidad hacia otras mujeres. Cuando veas una oportunidad, no tengas miedo de aconsejar y ofrecer tips que le serán de mucha ayuda para esa mujer en tu vida.
#4-Escucha
La hermandad entre mujeres es importante y gran parte del proceso de aprendizaje lo es el escuchar. Escucha a tu madre, abuela, amigas y tías, nunca sabes qué ideas y consejos puedes sacar de ellas.
#5-Ofreciendo apoyo emocional
No te ha pasado que cuando le cuentas a alguien algo que te está preocupando, la carga se te hace menos pesada. Saber que podemos contar con alguien que nos escuche es un apoyo invaluable.
Te dejamos con un poco de humor, este sketch de Cualca demuestra cuál es el problema.
No juzguemos, ayudemos a otras mujeres y dejemos de ser nuestras propias enemigas.
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