Ciencia y Tecnología

Así es como la ESA ayuda a preservar la biblioteca del Vaticano

29 Nov 2016 – 05:16 PM EST
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Mucha gente piensa que las agencias aeroespaciales como la NASA o la ESA solo se dedican a enviar sondas al espacio e investigar las estrellas y planetas. Sin embargo, su trabajo va mucho más allá, pues sus avances tienen aplicaciones más terrenales. Por ejemplo, el cuidado y preservación de la biblioteca del Vaticano.

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El cuidado por la ESA de la librería del Vaticano

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Como podrás imaginar, en la librería del Vaticano se guardan ejemplares incunables con centenares y miles de años. Es evidente pensar que su cuidado y preservación va más allá de una simple biblioteca. Hacen falta medios mucho más avanzados y tecnológicos.

En este sentido, la ESA pone todo su conocimiento a las órdenes del Vaticano para preservar el conocimiento que se guarda en su biblioteca. Por ello llevan ya varios años colaborando para cuidar de cuanto allí se guarda.

Ahora bien, tal vez no veas cómo es posible que una agencia espacial ayuda a preservar los libros del Vaticano. Vamos a descubrir qué hacen y cómo colaboran.

Qué hace la ESA en la Biblioteca Vaticana

La ESA lleva ya 5 años colaborando para digitalizar todo el contenido de la biblioteca del Vaticano. Para ello, usan un formato especial cuyos archivos se llaman FITS, (Flexible Image Transport System).

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Este sistema de archivos fue desarrollado por la NASA y la ESA en los años 70 y se usa para alojar y guardar de forma accesible todo el contenido universal sin necesidad de reformatear ni acomodar a futuras tecnologías.

Gracias al formato FITS, tanto la NASA como la ESA preservan lo s datos de numerosas misiones espaciales para que sean accesibles a las futuras generaciones. Así pues, la agencia europea lleva haciendo este trabajo durante años para conservar el conocimiento guardado en la librería vaticana.

De esta forma han actualizado la forma de actualizar, que antaño se hacía escaneando los documentos. El problema era que la fragilidad de algunos de ellos hacían que se distorsionase la imagen escaneada. Esto no sucede con el formato FTIS, cuyo software toma imágenes desde todos los ángulos y ofrece mayor similitud al documento original.

Y así es como la Librería Apostólica Vaticana, fundada en 1475, y que posee ejemplares de hasta 1800 años de antigüedad, está entrando en el siglo XXI y modernizándose para adaptarse a los nuevos tiempos preservando el conocimiento de miles de años de civilización humana gracias a la ESA, la agencia aeroespacial europea.

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