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A 3 años de su partida, recordamos a Clarita Berenbau: "Vivan cada día al máximo"

23 Abr 2016 – 02:45 PM EDT

La periodista, comunicadora, actriz y escritora Clara Berenbau, dejó su huella entre los uruguayos. Conocida como “Clarita”, se convirtió en un ejemplo de optimismo, voluntad y fuerza para todos. Hace ya 3 años que nos dejó, un 24 de abril, pero su legado continúa vigente.

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“A mí el cáncer me enseñó a no rendirme nunca, a darle para adelante y tratar de cumplir los sueños hoy, a vivir la vida al máximo”, dijo en su última entrevista.

Su partida conmocionó a todo un país. Su lucha contra el cáncer y el espíritu con el que afrontaba esa dura realidad era ampliamente conocida.

Clarita fue diagnosticada en 2007 con cáncer de mama y frente a esa nueva realidad, eligió utilizar su profesión como una potente herramienta para hacerle frente. Desde el primer momento compartió su experiencia con todo aquel que la quisiera escuchar.

Su madre, Cristina Giuria encabeza la fundación que lleva el nombre de su hija. En una fecha tan especial, conversamos con ella, ¡no te pierdas la entrevista!

El club del gato

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Clarita formó El club del gato, integrado por mujeres que luchan contra la enfermedad y que buscan sentirse acompañadas.

En entrevistas solía contar cómo tras hacer pública su enfermedad, muchas mujeres la llamaban para pedirle consejos o escuchar sus palabras de fe y esperanza. Eso derivó en un grupo de mujeres que se juntaban a hablar del cáncer, a perderle el miedo y a no sentirse solas. Ellas se entendían y que eran capaces de reírse de sus “gatos”, las pelucas que usaban por la pérdida de cabello a causa de la quimioterapia.

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"Vivir con él"

A casi cuatro años de su primer diagnóstico, de haber enfrentado la enfermedad, y de formar El club del gato, Clarita se animó a escribir un libro en el que recrea su experiencia con el cáncer.

“Vivir con él” surgió con el objetivo de ser un testimonio de alguien que enfrentó la enfermedad y siempre apostó a la vida. "Quiero aportar un granito de arena tanto para las personas que tienen cáncer como para las que no, para que hagan de su vida lo máximo", aseguraba Clarita en una entrevista.

Su legado

La Fundación Clarita Berenbau se creó para perpetuar el ejemplo que dejó esta gran mujer.

"Acompañar a superar el primer impacto del diagnóstico de cáncer, estar presentes física o telefónicamente cuando se comienza una quimioterapia o un tratamiento de radioterapia, brindar apoyo psicológico cuando sea necesario", expresa la fundación en su sitio web. 

 En una exclusiva entrevista con iMujer, Cristina nos contó de los objetivos y logros de la fundación, del recuerdo y el mensaje de Clarita.

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- ¿En qué año la fundación abrió sus puertas a la sociedad?

- Clarita se fue en abril de 2013 y enseguida, mi cuñado José María Correa Rubio, que es como mi padre y además era el padrino de Clarita, nos contó la repercusión que ese día tuvo la noticia. Cómo todas las radios, la televisión, todo el país había hablado de eso, cómo había conmovido lo ocurrido y que no podíamos dejar por el camino todo lo que ella había comenzado.

Pensé en la fundación como para darle formato a una idea que todavía no sabía cómo implementar. Clari y yo compartimos el cumpleaños, el 7 de noviembre, y para ese día mi marido y mis hijos me dijeron: “Mamá, tenés la fundación”. Y a partir de ahí todo se fue dando. 

Mi nuera creó la página web y el Facebook de Clarita, e inmediatamente comenzamos a recibir ofertas para trabajar con nosotros y pedidos de gente que estaba con cáncer y que quería que los llamáramos. Así surgió la idea de los teléfonos solidarios, el 0800 8857.

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En los últimos días de Clarita conocimos por primera vez el término oncología paliativa y a un ser humano fuera de serie, el oncólogo Eduardo García Yanneo, que nos acompañó en esos momentos. Nos enseñó tanto a Clarita como a nosotros, a despedirnos, a marcharse bien, a tener en cuenta que estamos acá hoy, pero que un día todos nos vamos a marchar. Fue un gran soporte y le pedí que sea parte de la fundación.

Con él empezamos la idea de los teléfonos solidarios. Se dió la casualidad que era representante en Uruguay de una línea de teléfonos al servicio de los pacientes de cáncer de los Países Bajos. Me dió varios libros para entender cómo funcionaban los teléfonos y paralelamente se iba ofreciendo gente que quería trabajar con nosotros o que buscaba que la llamáramos.

Comenzamos a entrenar a las personas para atender los teléfonos y recibimos mucha ayuda para convertirlo en realidad. Hoy la fundación la integran alrededor de 70 personas, entre la familia, amigos y allegados a Clarita y las voluntarias que hacen un trabajo increíble.

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- ¿Qué tipo de ayuda reciben las personas que se acercan a la fundación?

- Más que nada la ayuda a través de los teléfonos. Ojalá algún día la fundación tenga otra fuerza más grande para ayudar. Lo más terrible es cuando se junta el cáncer con la pobreza, porque el cáncer pasa a un segundo plano y no es tan importante como la situación de la persona. Una voluntaria hizo una investigación de qué tipos de ayudas sociales hay, porque no tenemos las herramientas para poder hacer mucho en ese sentido.

La fundación hoy está abocada a escuchar y acompañar no solo al que tiene cáncer: Nos llaman familiares, vecinos, amigos para saber cómo acompañar. Hay muchas voluntarias que han pasado por quimioterapia o radioterapia, y cuando el paciente está asustado pedimos que hablen con ellas para tener una mayor contención.

Siempre intentamos cubrir todos los aspectos, como el  humano, de ponerte en el lugar del otro, de saber lo que está viviendo. Porque si bien uno de los objetivos de la fundación es enseñar a vivir con cáncer, como fue la postura de Clarita, hay una frase que ella dice en su libro de " cómo el cáncer te muestra la muerte cuando estás vivo". De alguna manera tomás conciencia de que tu vida es finita, y es una experiencia muy fuerte, no solo para el que vive con la enfermedad, sino para quienes lo rodean.

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- ¿A cuántas personas han podido ayudar desde que comenzó el trabajo de la fundación?

- Las personas que han llamado a la fundación son más de 230. Les hacemos un seguimiento cada vez que tienen una operación o van a empezar una quimioterapia o una radioterapia y mantenemos el contacto con ellas.

- ¿Por qué un paciente o un familiar debería animarse a llamar a la línea gratuita?

- Porque el que tiene cáncer y está realmente solo, necesita hablar. El que está con cáncer y está rodeado de familia y amigos, muchas veces no quiere transmitir el miedo, la rabia, la angustia y el dolor a los que más quiere. Acá saben que pueden llamar y volcar todas esas emociones a una persona que no los conoce, pero que los va a escuchar. Pueden decir lo que quieran, acá no hay juicios, porque sabemos que todas esas emociones son válidas.

La fundación está dirigida a lo paliativo. El concepto de paliativo en Uruguay, se tiene para el final, inclusive era poco conocido, ahora se está tomando otra conciencia. Los teléfonos de la fundación son paliativos. Podemos estar junto a alguien ayudándola, acompañándola y “paleando” su dolor desde el diagnóstico.

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En el caso de los familiares, yo te puedo decir desde el lugar de madre, que tendés a sobreproteger. Yo con Clarita tenía una relación más de amiga que de madre, y ella a mí me fue enseñando en todo su proceso, a veces hasta con peleas, qué le hacía bien y que no. Porque muchas veces la mamá, el papá o los hermanos tienen que tragar sus miedos para dejar vivir bien. La ayuda de los teléfonos le da a los familiares diferentes puntos de vista para ayudar mejor a quienes están acompañando.

- ¿Las uruguayas se están animando a hablar del cáncer?

- Yo creo que Clarita hizo mucho en ese aspecto. Ella de entrada hizo público su cáncer, lo habló de frente y dijo que no hay que tenerle miedo a la palabra. Cada vez más una persona que sufre de cáncer no es un estigma.

Antes se le ponían palabras como “el cangrejo”, “el bicho”, “algo malo” y creo que cada vez más el cáncer se habla como cáncer. Quiero creer que en eso Clari puso su granito de arena, al hablar ella tan abiertamente de su enfermedad, y nosotros seguimos haciéndolo.

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- ¿Qué mensaje le diría Clarita a las mujeres jóvenes que les toca enfrentar la enfermedad?

- Ella dejó tantos mensajes en su libro, sobre todo de que se revisen y ante cualquier duda hacerse una mamografía, no tener miedo porque algo agarrado a tiempo es sumamente curable. Y sobre todo ese mensaje divino que ella decía: “Vivan cada día al máximo”. Y al máximo en el amor, ese día en el que ponés la cabeza en la almohada y decís: “tuve un día pleno”. Vivir cada momento que te de la vida con felicidad y en toda su intensidad. Y es algo que aplica para todos, no solo los que tienen cáncer.

- ¿Qué mensaje o consejo le darías a los familiares desde tu experiencia?

- Abrazar mucho, querer mucho, pelear si hay que pelear, decirse todo lo que se quieren y ver lo que al enfermo le hace bien. Como familiar detener tus propios miedos. 

Nunca me voy a olvidar cuando a Clari le pidieron que condujera un desfile de Lúmina en el Punta Carretas Shopping, en exteriores. Era un año en el que había empezado el frío terriblemente temprano y ella estaba en plena quimioterapia. 

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Me acuerdo que  estaba con un vestidito sin mangas y pegamos su peluca porque tenía miedo que se le volara. Yo no te puedo decir el miedo que pasé, pero por otro lado, ella estaba disfrutando su trabajo como lo disfrutó siempre y estaba viviendo. Gracias a Dios no pasó nada, pero a veces los miedos te detienen a hacer cosas que después no son reales.

- ¿Qué palabras usarías para definir a Clarita?

- Tantas. Clarita desde chiquita era amor, perseverancia, interés en todo, alegría, muchísimo humor negro que compartimos en los peores momentos, y es otra de las claves para pasar bastante bien los momentos más difíciles, siempre optimista y enfrentando la vida con una fuerza que fue la que nos dejó.

- ¿Sentís que la fundación refleja el camino que ella hubiera tomado?

- Absolutamente, porque fue el camino que ella tomó. La fundación lo único que hizo fue seguir el camino que ella había dejado.

Cuando llegué a la sala velatoria había tanta gente que demoré una hora y media en llegar arriba. Era gente que me abrazaba y que lloraba y que yo no conocía. Me acuerdo que dos amigas mías trataban de que pudiera pasar y yo les dije: “Es que cada abrazo de estas personas es un abrazo a Clarita, déjenme abrazarlas”.

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Todo eso que ella había sembrado, porque iba a ver personas al hospital o llamaba por teléfono, incluso también a mí me hacía llamar a mamás que a lo mejor no estaban sabiendo acompañar muy bien o incluso le pedía a su marido que hablara con el esposo de fulana porque necesitaba que lo guíen. El camino que ella dejó hecho, nosotros simplemente lo continuamos.

- ¿Estás contenta con lo que la fundación ha logrado?

- Yo estoy realmente feliz y agradecida de que se haya dado este milagro. Perder a Clarita realmente fue muy duro, pero yo no siento que la perdí porque quedó en sus hijitos, quedó en su marido y en su nueva señora (que es otro ser fuera de serie), y quedó en todos nosotros.

Para mí Clarita sigue estando a través de la fundación y a través de todo lo que nos enseñó y todo lo que nos dejó.

Un legado que todos podemos continuar

La Fundación Clarita Berenbau estará el lunes 25 de abril, en el MovieCenter del Montevideo Shopping a las 19 horas, con una invitación abierta para todos los que quieran acercarse y conocer más acerca de su trabajo.

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En la fecha del aniversario de la partida de Clarita Berenbau, en  iMujer no solo queremos recordarla por su espíritu, su optimismo y su energía contagiosa, también queremos generar conciencia a través de su fundación, de la importancia de detectar el cáncer a tiempo, de controlarse y de ser solidarios entre todos con las mujeres que enfrentan estas luchas diarias: ¡no están solas!

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