Amistad

Cuándo ser una "chica mala"

11 May 2012 – 12:48 PM EDT
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Todas la mujeres tienen su lado dulce y angelical, el cual saben usar a la perfección. La mayoría suele manejarse día a día haciendo uso de esas cualidades de manera inteligente y estratégica para conseguir lo que se propone. Sin embargo, en determinadas situaciones, ser una chica buena no es suficiente y es preciso recurrir a la otra: la chica malvada.

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Así es: si todas las mujeres tiene un lado angelical, indefectiblemente tienen otro que no le es tanto. ¡Pero eso no es algo malo! Si sabes detectar cuándo conviene ser más bitch, es probable que obtengas mejores resultados que cuando recurres a la mujer encantadora que a todo responde con una sonrisa.

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Cómo ser una chica mala

A continuación, detallaremos una serie de situaciones en las que, para conseguir lo que se quiere, es mejor dejar de lado la simpatía.

Un muchacha se coloca "accidentalmente" delante de ti en la fila del súper.

Chica buena: maldice por lo bajo, mientras comenta indignada lo sucedido a través de su cuenta de Twitter.

Chica mala: toca el hombro de la muchacha en cuestión y le dice: "Discúlpame, seguramente no te diste cuenta, pero la fila comienza más atrás", ¡y recupera su lugar!

Un compañero de la oficina se para delante de tu escritorio y comienza a hablarte sin parar sobre los programas que vio la noche anterior.

Chica buena: sonríe y hace como que lo escucha, mientras piensa en todo el trabajo que tiene atrasado.

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Chica mala: interrumpe su relato y le dice: "Hey, ¿lo dejamos para la hora del almuerzo? Estoy en el medio de algo".

Una madre pasa con su cochecito por arriba de tu pie, sin pedir perdón.

Chica buena: pide perdón por haber estado parada por donde debía pasar el carrito, y sigue su camino.

Chica mala: fija sus ojos en la mujer, hacen contacto visual, y ella le dedica su peor cara. Luego, sigue su camino.

Un chico bastante insoportable comienza a hablarte mientras tomas un café tranquila.

Chica buena: soporta la charla del individuo durante diez agonizantes minutos, hasta que no puede más y dice que necesita ir al baño. Se acerca hacia la puerta de salida y huye.

Chica mala: "Encantada de conocerte, pero me gustaría continuar con lo que estaba haciendo... sola. ¡Adios!".

Tu jefe te niega un aumento.

Chica buena: dice que lo entiende y agradece el tiempo que él se tomó para escucharla.

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Chica mala: ante la negativa, negocia pidiéndole a su jefe más días de vacaciones.

Tu chico deja siempre los trastos sucios.

Chica buena: se convence a sí misma de que él probablemente olvidó hacerlo y los lava.

Chica mala: le recuerda a su chico que ella no es su criada,ni tampoco su madre.

Sin dudas, en situaciones como éstas conviene ser una chica mala y dejar un poco de lado tanta amabilidad. Siempre que no abuses, tu costado más cruel te ayudará a posicionarte más firmemente en la vida. Para todo lo demás, ¡continúa siendo la chica adorable que sueles ser!

¿Qué piensas de estos consejos? ¿Crees que sabes cuándo ser una chica mala? ¡Cuéntanos cómo resuelves tú estos problemas! 

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