Comportamiento Humano

Científicos determinan qué factores permiten predecir una separación

8 Feb 2018 – 12:14 PM EST

Cerca del 50 % de los matrimonios termina en divorcio, una estadística poco alentadora para quienes deciden unir sus vidas. Pero existen factores que pueden aumentar o reducir las posibilidades de una separación. 

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La edad en que te casas

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La edad en que las personas se casan puede aumentar las posibilidades de que terminen divorciándose, según un análisis de la Universidad de Utah. Los expertos determinaron las edades más peligrosas al momento de contraer matrimonio.

Las personas que se casan antes de los 20 años o sobre los 35 tienen más de probabilidades de divorciarse que quienes lo hacen a otras edades, con un riesgo que aumenta en un 5 % por cada año que pasan casadas. Los investigadores indican que las personas que contraen matrimonio por primera vez entre los 25 y los 32 años están mejor encaminadas a permanecer juntas para toda la vida.

Diferencia de edad

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La diferencia de edad en la pareja puede influir en las probabilidades de divorciarse. Una investigación analizó los datos de más de 3 mil parejas en Estados Unidos, tanto casadas como divorciadas, con el objetivo de determinar cómo influye la diferencia de edad en el éxito de un matrimonio.

A menor diferencia de edad, mejores posibilidades de vivir felices para siempre. Los investigadores dieron con porcentajes de probabilidades de divorcio en parejas en las que los cónyuges no tienen la misma edad.

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Con 5 años de diferencia de edad, las probabilidades de divorcio son mayores en un 18 %, con 10 años suben a 39 %. Si la brecha de años alcanza las 2 décadas, se eleva a 95 % y, si son 30 años, las posibilidades de divorcio, si se las compara con parejas en las que ambos tienen la misma edad, son un 172 % más altas.

Exceso de afecto físico en los primeros meses de matrimonio

El periodo de luna de miel está caracterizado por más besos, abrazos y caminatas de la mano, pero que el afecto sea excesivo y los cónyuges no se despeguen el uno del otro es una mala señal.

El psicólogo Ted Huston siguió a 168 parejas durante 13 años desde el momento de su boda. Aquellas que se divorciaron durante o después del séptimo año de matrimonio mostraban mucho más afecto físico en el periodo de luna de miel, un tercio más, según el especialista, que las que seguían casadas. Según los expertos, la razón detrás de esta señal de un divorcio futuro es que este afecto excesivo se hace difícil de mantener, ya que es demasiado intenso y la relación sufre por ello.

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La forma de afrontar los conflictos

¿Qué hace una persona ante el conflicto? Toda pareja tiene peleas y desacuerdos, pero la forma en que se comportan puede dar luces acerca de un divorcio en su futuro. Un estudio realizado en Estados Unidos analizó a 350 parejas y descubrió que aquellas en las que uno de los cónyuges tendía a evitar el conflicto y cerrarse en vez de hablar las cosas tendían a divorciarse más que las que tenían otra dinámica para resolver problemas.

Si era el hombre quien se escondía en los casos de conflicto y, en vez de responder, se metía en sí mismo, ambos tendían a describir la relación como infeliz con mayor frecuencia que en los casos en que ese comportamiento era solo propio de la mujer.

Las cuatro actitudes peligrosas

El psicólogo John Gottman describió cuatro actitudes como los «jinetes del apocalipsis» a la hora de predecir un divorcio:

  • mirar a tu pareja como una persona inferior.
  • convertir cualquier acción de tu pareja en un hecho negativo.
  • ignorar las conversaciones sobre los conflictos.
  • hacerse la víctima.
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Para determinar estas actitudes peligrosas, analizó los resultados de un estudio que, durante 14 años, siguió a 79 parejas de diferentes ciudades de Estados Unidos. El matrimonio es muy difícil y se requiere mucho esfuerzo para que funcione, aún más si en la relación están presentes estos factores que, según la ciencia, sirven para predecir un divorcio en el futuro, ya sea cercano o lejano. Algunos no se pueden evitar, mientras que otros se pueden trabajar en pareja para vivir juntos hasta viejitos. 

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