¿Alguna vez has comprado ropa solo porque está muy barata, a veces sin probártela? ¿Constantemente visitas las tiendas para ver ‘qué hay de nuevo’? ¿A tu clóset ya no le cabe nada? ¿Mides tus compras en ‘cuántas lavadas me durará? Lo sentimos, eres otra víctima de la moda desechable.
La periodista Elizabeth Cline, quien durante años se dedicó a cazar ofertas, frenó su consumismo para investigar la historia de la industria y encontró el verdadero valor de la ropa.
En su libro, Moda desechable: el escandaloso costo de la moda barata, Cline “critica un modelo que sacrifica ganancias por calidad”.
A continuación te dejamos las 10 lecciones que aprendimos:
#1 ¿Por qué la ropa es importante?
Lo dejaremos en las palabras de Cline: “(La ropa) está directamente relacionada con la expresión personal y el ego. La vemos como una extensión de nosotros mismos y es la forma más visible en que podemos pavonearnos de lo que poseemos”. Y claro, está el detalle de que es algo que todos necesitamos.
#2 La ropa merece respeto
Lo que tiene más valor en la industria de la moda -y por tanto es lo más costoso para quienes la producen- es la mano de obra. Antes de llegar a ti, tus vestidos, blusas y pantalones pasaron por un complejo proceso de confección que vale la pena que conozcas. Investiga el origen de lo que usas.
Una buena opción es la ropa vintage.
#3 Debemos leer las etiquetas
Si estás fijándote todo el tiempo en cuántas calorías tiene tu comida, quizá valga la pena poner atención en el tipo de fibra textil que estás usando. Además de que reducirás tu huella ecológica, portarás piezas de mejor calidad que te durarán más tiempo. Aprende sobre materiales y busca los biodegradables.
#4 Tenemos que pensar
Probablemente esta es la lección más importante del libro de Cline, pues su propuesta general es reflexionar acerca de lo que vestimos, algo que tendrá un impacto positivo tanto para nosotros como consumidores, como para la industria, el medio ambiente e incluso la moda misma. La próxima vez que tomes una prenda piensa: ¿la comprarás porque te gusta, te queda bien y/o es innovadora o solamente porque tiene una marca, es lo que ‘se está usando’ y el precio es de risa?
#5 Los precios son relativos
Cuando vayas a adquirir una prenda solo basándote en el precio, pregúntate si realmente está barata o la estás comparando con alguna otra marca o diseñador.
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#6 La ropa de diseñador no es la repuesta
Ya sabes, todo extremo es malo. Los altísimos costos de la ropa de diseñador no son necesariamente reflejo de calidad ni creatividad, sino de una estrategia de mercado. Es cierto que muchas de las prendas y accesorios de lujo tienen una calidad incuestionable, pero puedes tener un clóset excelente sin comprometer tu economía.
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#7 Debemos rescatar la costura y la reparación
Comprar prendas de mejor calidad implica también que podemos extender su vida útil ya sea cambiando botones y suelas o modificando el diseño para que luzca moderno. ¿Cómo? A través de los sastres, costureras y zapateros. A la larga, eso también beneficiará a las industrias locales que han perdido mercado ante las grandes marcas.
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#8 A revisar adornos y costuras
Según la investigación de Cline y otras fuentes que cita en su libro, los adornos hacen que las prendas baratas “parezcan” más costosas: “Las ‘hebillas, pinzas, broches y moños’ (se usan) para ocultar la mala calidad de la hechura y lo barato de las telas”. Ya sabes, antes de comprar, revisa que no haya pegamento en lugar de costuras en esas lentejuelas.
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#9 Hay que dejar de seguir tendencias
La moda barata sobrevive porque los consumidores compran todo el tiempo y en masa. La clave para alejarte de esto es encontrar tu estilo y los cortes que te quedan bien. De vez en cuando (repetimos, de vez en cuando) no está mal que te compres algo en tiendas de ropa barata, pero reflexiona antes de hacerlo.
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#10 Somos responsables de su paradero
Como te dijimos, los materiales biodegradables son mejores. Pero antes de que tu prenda termine en la basura, asegúrate de que ya no da para más. De lo contrario, sigue esta gran lección de Cline:
“La ropa debería mantenerse en buenas condiciones para que alguien más la pueda usar después de nosotros: eso significa que debemos cuidarla y darle mantenimiento mientras nos pertenezca, y que necesitamos lavarla y repararla antes de donarla, venderla o regalarla”.
Si te interesó este libro, no te pierdas este extracto.
¿Tú compras ropa barata?