Creo que en algún momento de su vida toda madre pega algún que otro grito para hacerse entender, es normal, principalmente cuando se siente que un hijo la puede vuelve loca.
Pero, aunque sea normal, no siempre es lo más recomendable, hay formas de evitar perder la calma. Hoy les propongo ver algunos consejos para mantener la calma y establecer los límites necesarios para no tener que recurrir a los gritos.
Veamos algunos consejos para no perder la calma.
Inhalar y exhalar, tomarse un momento para respirar, ‘enfriarse’ y pensar lo que se va a decir, pero con calma.
Abordar el comportamiento, es decir, frente a un comportamiento negativo, como por ejemplo una pelea entre niños no se debe retarlos a los gritos. Lo mejor es trabajar sobre el comportamiento específico para enseñarles pacientemente que pelear o golpearse es malo.
En lugar de gritar al dar instrucciones, usa un tono de voz firme, pero suave. Cuanto más tranquila y más suave sea tu voz al hablar, mayor será el impacto de tus palabras sobre los niños.
Ayuda a tu hijo a explicar sus sentimientos. Antes de perder la calma porque tu hijo se ha portado mal, averigua lo que está provocando el problema. Una de las razones por las cuales los niños se portan mal es que no han aprendido un enfoque alternativo para mostrar sus sentimientos.
Contar con normas claras y fáciles de seguir para evitar tener que romperlas todo el tiempo.
Más adelante veremos algunos consejos más para evitar perder la calma frente a situaciones ‘complicadas’.