Ha pasado ya la etapa de dentición y como madres hemos sufrido todos esos cambios de humor y dolores que nuestros pequeños tienen. Por fin descansamos unos cuantos años mientras ellos disfrutan y descubren sus dientes de leche pero ¡oh sorpresa! De pronto recordamos que estos no son los definitivos y nos damos cuenta de qué tanto ha crecido nuestro retoño cuando aparece su primer diente flojo. ¿Y ahora qué?
Explícale y observa
Esta será una experiencia completamente nueva para tu pequeño, así que como siempre requiere de tu guía para que pueda entenderla. Explícale que esos dientes eran útiles cuando bebé pero ahora que ha crecido necesita nuevos dientes más fuertes y resistentes.
Si así lo deseas, puedes contarle sobre el hada de los dientes o el ratón. Hay muchas caricaturas que representan el tema y que pueden ayudarte. (Checa: 4 formas divertidas de celebrar el cambio de dientes en los niños).
Por otro lado, tu tarea será monitorear ese diente, si solamente es uno o varios, si está flojo por causas naturales o se ha dado algún golpe, si no se oscurece o inflama la encía demasiado, etcétera. Ante cualquier señal que te parezca extraña no olvides consultar a tu pediatra o en cuyo caso odontopediatra.
Al ser el primer diente flojo y el parteaguas de los demás, puedes comenzar un diario donde registres qué diente es, a qué edad está iniciando este proceso y las características del mismo. Créeme que algún día toda esta información será útil ya sea como historial médico o anécdota.
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¡Fuera abajo!
Una vez flojos, los dientes tardan aproximadamente 2 semanas en caerse, si para este lapso aún no ha sucedido y tu hijo comienza a quedarse puede ser hora de darle una mano.
Recuerdo que mi padre tiraba nuestros dientes con la ayuda de un hilo, lo cual era bastante traumático (¡ay mi padre!) sin embargo, yo aplico una técnica mucho más sutil que trata sólo de sentir en primer lugar qué tan frágil está ya el diente y ayudar a seguir el curso del mismo desprendimiento.
Lo que hago es tomar el diente con mis dedos índice y medio y lo balanceo ligeramente para medir si está casi listo o aún le falta desprenderse. En caso de estar muy flojo, entonces lo balanceo unas cuántas veces para posteriormente jalarlo hacia abajo, no en forma diagonal, sino abajo en línea recta, puedes probar lo mismo o bien acudir al médico.
Los cuidados
Una vez que el diente se ha desprendido, habrá algo de sangre, no te asustes, basta con mojar una gasa en agua con sal o algún antiséptico bucal y presionar el área unos segundos. Seguramente a tu hijo le dará curiosidad, por lo que debes explicarle que procure no tocarse la herida y al menos durante ese día deberá hacer enjuagues de agua con sal.
Recuerda que puede sentirse inseguro por los cambios que están ocurriendo, así que siempre explícale todo. Además, un abrazo y beso de mamá nunca estarán de sobra.
¡Cuéntanos si ya viviste esta etapa con tu hijo(a)!
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