
¿Cursas las últimas semanas de tu embarazo y has decidido pasar por una cesárea? Puedo imaginar lo que sientes, estoy embarazada de una niña que nacerá muy pronto por cesárea.
Ansiedad y nervios se apoderan de ti (y de mí también), pues al final de cuentas, una cesárea es una cirugía mayor y debemos estar preparadas para entrar al quirófano.
¿Por qué una cesárea?
En mi caso, yo decidí tener a mi hija por cesárea. Todas las ecografías indican que mi hija llegará sana y que está pronta para nacer, pero preferí que naciera así. A este tipo de parto se le conoce como cesárea programada.
Pero en algunos casos, los médicos son quienes deciden practicar una cesárea porque el bebé se encuentra de nalgas o por otra complicación que impide el parto natural o vaginal. Este tipo de decisiones se toman en el momento.
Sea cual sea el caso, el médico te informará sobre todos los detalles de la cirugía, y tu podrás hacerle todas las preguntas que quieras para informarte y estar tranquila (aunque los nervios siempre están rondando, es inevitable).
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Preparación para la cirugía
Te recomiendo que días antes de la cirugía programada tengas preparada tu maleta y la del bebé, y que te depiles el área del pubis.
Al llegar al hospital entrarás a la sala de preparación, te pondrán una bata y pasarán la anestesia. Te pedirán que te pongas en posición fetal para suministrarte la anestesia, tal como si fuera una vacuna. Después de esto y cuando la anestesia hizo efecto, comenzará la cirugía para traer a tu bebé al mundo.
El procedimiento de la cesárea es muy sencillo, estarás acostada y el médico empezará a cortar las capas de piel y grasa hasta llegar a tu útero, comenzarán a drenar el líquido amniótico, y con cuidado hará una incisión para sacar primero la cabeza y después el demás cuerpo del bebé.
Después del nacimiento de tu bebé, el médico comenzará a hacerte una limpieza para después proceder a suturar. Comenzará por tu útero, el cual cerrará con un hilo especial que se desvanecerá con el paso de los días. Cerrará capa por capa, hasta llegar a la capa de la piel externa. Dependiendo del médico te pondrán grapas o hilo de sutura.
Este procedimiento no te dolerá en absoluto ya que estarás sedada, así que no te preocupes. Estarás en recuperación durante por lo menos 4 días, después de esto solo quedará tomar analgésicos para que el dolor típico de un post operatorio sea tolerable y compatible con la lactancia de tu bebé.
Relájate y espera ese bello día en que por fin conocerás a tu bebé.
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