Es muy importante a la hora de brindar una buena educación a nuestros hijos el saber mantener la calma en los momentos mas críticos. Esta forma de actuar no solo va a ser una manera de manejar correctamente una situación que con la ira se nos puede ir de las manos, sino que además es una oportunidad maravillosa de dar el ejemplo a nuestro hijo.
Actuar con calma no significa que no debamos de actuar con disciplina, dureza o resolviendo el problema que se nos presenta con nuestros hijos. Más bien, todo lo contrario; ahora podremos actuar resolviendo el problema pero mucho más efectivamente. Con la ira solo conseguiremos no resolver el problema con el niño y añadiremos nuevos problemas. Ahora veremos por qué es importante mantener la calma delante de los hijos.
Con ira no resolvemos el mal comportamiento
Sea lo que sea que haya hecho tu hijo, debemos de tener claro que con la ira y "saliéndonos de nuestras casillas" no vamos a conseguir nada más que satisfacer nuestra frustración en ese momento de tal forma que crearemos un nuevo problema, y al mismo tiempo daremos un mal ejemplo a nuestro hijo.
Uno de los pasos más importantes que tenemos que dar es ponernos en el punto de vista de nuestro hijo y llegar a comprender el porqué de su comportamiento, no para apoyarlo, sino para cambiarlo sin usar la fuerza o la ira, ya que de esta forma no lograremos ir a la raíz del problema y atajarlo.
Si comprendemos que la mayoría de los malos comportamientos de los hijos son una alarma que ellos usan para captar nuestra atención, nos daremos cuenta que dándoles más atención en los momentos en los que se comportan correctamente y quitándosela cuando se comportan inadecuadamente es uno de los mejores remedios para moldear su comportamiento.
Si nos enoja ver a nuestro hijo sin parar alrededor de nuestra casa jugando y corriendo tenemos que comprender que los niños pequeños, llenos de energía, están explorando su ambiente; a pesar de poder llegar a estresarnos, están realizando algo muy normal y común para su edad.
A veces no hay un problema real de comportamiento por parte de nuestros hijos sino una falta de paciencia y de serenidad de nosotros, los padres. Esto debemos corregirlo de tal forma que tanto el padre como la madre se pongan como reto no reaccionar agresivamente delante de sus hijos. Este es uno de los mejores ejemplos que podremos darles.

Educar con el ejemplo
Aprende a pensar antes de actuar impulsivamente, ya que nuestros impulsos nos pueden llevar a consecuencias que lamentaremos durante mucho, sobre todo en lo relativo a la educación de nuestros hijos.
Los niños nos respetarán mas y nos tendrán más cariño a lo largo de toda su vida si le damos la educación y disciplina que necesitan, pero no a través de los gritos o la fuerza, sino a través de la tolerancia, el respeto, el buen ejemplo de los padres y la conversación.
Repetimos que no se trata de convertirnos en padres indolentes que consienten a sus hijos, se trata de una actitud de calma, de serenidad y al mismo tiempo de firmeza en los momentos en los que nuestro hijo se comporte inadecuadamente.
La ira no sirve de ejemplo para los niños. Te invitamos a realizar todo tipo de comentarios al respecto de lo comentado en este artículo.