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Ya hemos hablado muchas veces en EntrePadres lo difícil que es para toda la familia, tanto padres como hijos, transitar por un divorcio. Todo parece darse vuelta, y aunque la separación se resuelva en buenos términos, las cosas cambian y nadie puede evitar esto. Los niños pasan a tener dos hogares, con todo lo que esto significa; dos rutinas distintas, dos ámbitos distintos, dos formas de planificar las cosas distintas.
Aquí es fundamental el papel que desempeñen los padres para que estas rutinas no resulten traumatizantes para los niños: el verdadero desafío es nuevamente ponerse de acuerdo en pos de la salud emocional de los pequeños, salud que es fácil de quebrantar si no acordamos ciertos principios para protegerlos. Hoy te acercamos una guía para criar a los hijos después del divorcio y poder acordar una paternidad compartida emocionalmente responsable.
Consejos para padres divorciados
Lista de cosas importantes para enseñarles a los hijos
Realiza una lista de las cosas que para tí son importantes inculcarles a tus pequeños. Pídele a tu ex cónyuge que realice el mismo ejercicio. Una vez que las dos listas están confeccionadas, reúnanse y conversen sobre lo que han escrito por separado. Seguramente te sorprenderás al ver que más o menos a los dos les interesan transmitirles a sus hijos los mismos valores. Esto facilitará mucho las cosas porque estarán trabajando los dos por objetivos comunes.
Discutir los límites
Es indudable que posiblemente haya diferencias en las reglas que cada padres imponga en su propia casa; pero esas diferencias deben tener cierta coherencia. Por ejemplo, si tienen una hija adolescente, que ya ha comenzado a tener sus primeras salidas es bueno que los dos se pongan de acuerdo en cuanto el horario en que debe retornar al hogar; esto evitará conflictos con el padre menos permisivo.
Apoyo mutuo en el cumplimiento de las reglas acordadas
Si uno de los padres ha decidido imponer una penitencia a alguno de los pequeños por un comportamiento negativo es bueno que el otro padre cumpla con el castigo. Por ejemplo, si el castigo es no ver televisión por tres días, sería bueno que una vez que el niño deja el hogar del padre que le impuso el castigo lo termine de cumplir en la casa del otro padre. De esta manera, se evitarán las desautorizaciones entre los padres, que tanto confunden a los niños y les permite, incluso, intentar manipulaciones.
Conversar siempre las diferencias
Las diferencias deben conversarse con madurez, pensando siempre que lo más importante es poder resolverlas para cumplir con nuestro rol de padres eficaces, y presentando siempre ante los niños un frente unido, porque aunque ya no sean pareja, los dos comparten las mismas creencias y valores en cuanto a la educación de los niños.
Recordemos que, ya sea separados o juntos, el hecho de ser padres no se rompe con un divorcio. Si somos capaces de actuar con madurez y responsabilidad, impediremos que los efectos negativos que pueda llegar a tener una separación afecten a nuestros niños. Después de todo, ellos merecen continuar disfrutando de sus padres amorosos y preocupados por ello.
Si estás divorciada, comparte cómo te pusiste de acuerdo con tu ex en las reglas que los niños deben respetar a partir de la separación.