A la hora de hacer dietas son varios los trucos que se pueden seguir pero hay uno muy particular y es un tanto contradictorio: tómate un día libre. Cuando estás siguiendo un plan de alimentación muy rígido lo mejor es que cada tanto te tomes un día de "permitidos".
Si constantemente te privas de todo lo que te gusta, y tu lista de alimentos permitidos es mucho más pequeña que la de alimentos prohibidos, estás cometiendo un error, seguramente de un momento a otro vas a "caer" y arrasarás con todas las comidas "prohibidas".
Pero, si una vez a la semana comes algo de la lista de "prohibidos" no te sentirás tan restringido. Es más fácil elegir una ensalada si sabes que una vez a la semana vas a poder comer una porción de torta.
También de esta forma vas a mantener tu dieta por más tiempo. Contar las calorías todo el tiempo, elegir siempre los alimentos "cero grasa" y "portarse bien" nos termina cansando. Tomar unas mini-vacaciones de la dieta va a ayudarnos a seguirla por más tiempo, es como una inversión a futuro.
Por otra parte no hay nada peor que asistir a una fiesta y no poder comer nada. Lo mejor es que te "tomes tu día libre" cuando sepas que vas a salir a comer afuera, disfrutar de un restaurante con amigos es lo más sano, y va a hacer que te puedas relajar por un minuto y no pienses en las calorías.
Por supuesto que en este "día libre" no puedes arrasar con todo, sino que para que funcione correctamente lo tienes que hacer con moderación, pero eso ya lo sabes, ¿no?
Vía | diet