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Cómo reconocer y prevenir una neumonía

10 Ene 2015 – 11:00 AM EST

La neumonía es una infección de los pulmones que puede estar causada por diferentes gérmenes, virus, bacterias u hongos, incluso si la causa más frecuente es la bacteria neumococo. Hoy te queremos enseñar a reconocer y prevenir una neumonía, ya que es algo que puede suceder a cualquiera. ¿Estás preparado?

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Los síntomas de una neumonía

Las manifestaciones de la neumonía dependen del germen de origen de la infección, pero normalmente el paciente presenta una fiebre alta, falta de energía, tos, dolor torácico, dolores musculares, dolor de cabeza y en ciertos casos náuseas, vómitos y diarreas.

Algunos signos de gravedad asociados implican un tratamiento de urgencia: problemas de conciencia, pulso demasiado rápido, temperatura muy alta, dolor en el pecho que se agrava con la respiración profunda, etc.

¿Cómo se contagia una neumonía?

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Se puede contraer una neumonía como se contrae una gripe o un resfriado, es decir, inhalando partículas contaminadas, que a su vez atacan los pulmones y provocan una inflamación y dificultades respiratorias. Dicho esto, los gérmenes de la neumonía son menos contagiosos que los virus del resfriado y de la gripe.

Pero el riesgo de neumonía es más elevado en ciertas personas:

  • En los niños hasta la edad de los 2 años.
  • En las personas mayores con más de 65 años.
  • En caso de enfermedad pulmonar preexistente, como el asma, la bronconeumopatía crónica obstructiva, el enfisema, la fibrosis quística, etc.
  • Con ciertos tratamiento médicos, como las quimioterapias, las corticoterapias de larga duración, los tratamientos inmunodepresores, etc.
  • Problemas de deglución o de tos.
  • El tabaquismo constituye también un factor de riesgo de neumonía, así como la exposición al tabaquismo pasivo, particularmente en los niños.
  • En caso de hospitalización, concretamente en reanimación con asistencia respiratoria.
  • Cuando el sistema inmunitario está debilitado (SIDA, cáncer, diabetes…).
  • Ciertas profesiones: exposición a productos químicos tóxicos (barnices, disolventes…), criador de pájaros, transformación de la lana, queso.
  • La higiene de vida
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Adoptando una buena higiene de vida, concretamente lavándose frecuentemente las manos con agua y jabón, y evitar cualquier forma de tabaquismo (incluido el pasivo) tendremos menos posibilidades de contraer una neumonía

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