Una larga y monótona jornada de trabajo ha terminado. Por fin llegó el momento de regresar a casa. Cuando ya estamos cómodos en nuestro hogar nos preguntamos: ¿qué tal si voy al gimnasio a hacer un poco de ejercicio? Y enseguida nos respondemos: “No, qué aburrido. Mejor me quedo en casa mirando la televisión”.
Esta es una escena que a más de uno le habrá ocurrido. Sin dudas, ir al gimnasio o, incluso, hacer ejercicio en nuestra propia casa, no es de los planes más divertidos. Sabemos que la actividad física es importante para la salud, pero como muchas veces no no resulta motivante, la reemplazamos por cualquier otra cosa.
No siempre hacer ejercicio es sinónimo de sufrir en el gimnasio. A diferencia de lo que creemos, el ejercicio sí puede ser una actividad divertida. Esto es lo que tienes que tener en cuenta para lograrlo:
Haz ejercicio con amigos. Tener a una persona con quien salir a correr, caminar o compartir un deporte es mucho más motivante que hacerlo solo. Cuando te de pereza salir, sabes que tu amigo te está esperando y te será mucho más fácil cambiar de opinión.
Varía la rutina. Obviamente, si haces exactamente los mismos ejercicios todos los días te aburrirás al instante. Mucho más si te ejercitas ansioso por adelgazar. Por eso, varía los ejercicios, busca una actividad o deporte que te guste. Correr, caminar, spinning, fútbol, voley, basket, gimnasia localizada, natación, danza del vientre... algo de todo esto te tiene que gustar ¿verdad? Y si no te gustan mucho los deportes, dile a tu instructor en el gimnasio que te arme una rutina variada para cada día.
Inscríbete en un club social. Además de que puedes hacer un montón de actividades deportivas, podrás también conocer gente y nuevos amigos. Esto te dará más deseos de ir a entrenarte.