El herpes labial es el resultado de un virus simple tipo I, en raras ocasiones tipo II, que produce ampollas en la boca, las mejillas o la barbilla. Generalmente está presente en el cuerpo de forma latente, pero factores como el estrés, las quemaduras solares y la fiebre, pueden activarlo.
Para prevenir el herpes labial se debe usar un bloqueador solar con factor de protección igual o mayor a 15, sobretodo si se es menor de 35 años, luego de esa edad la probabilidad de generar brotes es menor.
Si a pesar de los cuidados el herpes labial se manifiesta, con sus típicos síntomas de enrojecimiento, inflamación, ardor y/o picazón lo mejor es evitar el contacto directo con la piel de otras personas, prefiriendo los saludos que no impliquen cercanía de la zona afectada con la de quienes no muestran síntomas.
Aunque el herpes labial desaparece luego de cumplir su ciclo, se puede consumir jugo de frutas como pera, manzana y uva para combatir el herpes labial. Estos, debido a sus concentraciones de taninos ayudan a fortalecer el sistema inmune, para que combata con mayor facilidad el brote actual y los que puedan aparecer en el futuro.
En algunos casos, más complejos y relacionados con el tipo II, se usan medicamentos como el Acyclovir, pero estos deben ser prescritos por un médico luego de revisar detenidamente al paciente. En casos más graves el tratamiento médico puede incluir antibióticos, pero no suelen ser los más comunes.
Para curar el herpes labial lo mejor es mantener la zona limpia, permitir que el cuerpo haga su trabajo y evitando remedios caseros que puedan infectar el área complicando la curación. Para disminuir los nuevos brotes es importante tener una vida sana, realizar ejercicio, comer saludablemente y usar protección solar para evitar los factores que pueden despertar al virus de su letargo.