La toxina botulínica A ( botox) es conocida por ayudar a atenuar las arrugas, además de utilizarse en el tratamiento de las migrañas, la sudoración excesiva y el dolor muscular.
Una investigación sugiere que el botox también puede levantar el ánimo. Esto se debería a que al paralizar los músculos de la cara para fruncir el ceño, los tratamientos de botox evitan que las personas muestren emociones negativas. Así no sólo mejoraría nuestra apariencia, sino que también mejoraría nuestro estado de ánimo.
Para el estudio, que fue publicado en el Journal of Cosmetic Dermatology, se encuestaron a 25 pacientes que recibieron distintos tratamientos cosméticos. 12 recibieron inyecciones de botox, mientras que los demás fueron tratados con peelings y otros tratamientos anti arrugas. Semanas después de recibir los tratamientos, los participantes completaron un cuestionario de detección de depresión y ansiedad. Los pacientes con botox tuvieron menos depresión, ansiedad e irritabilidad.
Estudios anteriores también obtuvieron resultados de este tipo. Una investigación realizada en el año 2006 por el cirujano plástico Eric Finzi observó los síntomas de depresión en 10 mujeres con depresión clínica, que fueron inyectadas con botox en las líneas de expresión (alrededor de la boca o en los surcos de la frente). Como resultado se obtuvo que 9 de las 10 mujeres habían reducido su depresión.
El doctor Finzi explicó los resultados mediante el uso de una hipótesis de la retroalimentación facial, un circuito de retroalimentación en el que al fruncir el ceño más se profundiza el sentimiento de depresión.
Otra teoría es que los músculos faciales pueden influir en la actividad del cerebro directamente. Una investigación anterior, por ejemplo, ha sugerido que el acto físico de sonreír o reír tiene un efecto beneficioso sobre el estado de ánimo, aunque la risa no sea auténtica.
Estos estudios se corresponden con una tendencia creciente en el asesoramiento y la terapia que se centra en el cambio de comportamiento, donde se piensa que aunque sea fingiendo, parecer feliz ayuda a cambiar el estado de ánimo.
Estos son estudios preliminares, faltan más para determinar que el botox ayude a mejorar el ánimo, pero es interesante ver los mecanismos por los que lo haría, es decir que al intentar tener un buen ánimo, o cambiar la cara que tenemos cuando nos sentimos mal, ayuda a que nos vayamos sintiendo mejor.