Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro fueron el escenario de la despedida de la famosa Generación Dorada de la Selección Argentina de básquetbol.
3 de los últimos 4 referentes del -para mí- mejor equipo en la historia del deporte nacional jugaron su último partido vistiendo los colores de Argentina. Con ellos se termina una etapa irrepetible que llevó al país a ganar el oro olímpico en Atenas 2004.
El cierre del ciclo generó un momento por demás emotivo para las millones de personas que crecimos viendo cómo Manu Ginóbili, Luis Scola, Andrés Nocioni, Carlos Delfino y Fabricio Oberto llegaron a la cima del deporte mundial. Es por eso que, como humilde muestra de agradecimiento, recopilamos 7 cosas que aprendimos con la Generación Dorada.
#7 Aprendimos que un segundo puede durar una eternidad
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#6 Que jamás hay que achicarse, incluso frente a los más grandes
#5 Que la humildad lo es TODO
#4 Que algunas amistades son para toda la vida
#3 Que 20 años no es nada
#2 Que el legado es lo más importante que se puede dejar
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#1 Que son eternos los laureles que supieron conseguir
No solo este equipo deja una lista interminable de victorias, campeonatos y recuerdos, sino también un mensaje que va mucho más allá de lo deportivo y valores que nos enseñaron a trabajar por lo que queremos y a ser mejores personas día a día.
Las lecciones que nos dejó la Generación Dorada podrían contarse de a miles, pero preferimos dejarle esa tarea a los cientos de libros que a partir de ahora narrarán una leyenda: la de un equipo que forjó un legado que quedará para siempre en la historia del deporte argentino.