"La envidia es una declaración de inferioridad", decía Napoleón I, y yo no puedo estar más de acuerdo. ¡No dejemos que este sentimiento tóxico nos atrape!
Mejor enfoquémonos en los mejores caminos para prevenirla...
1. Agradece todo lo que tienes

Las personas envidiosas con frecuencia se centran en los logros de otros y no prestan atención a lo que ya tienen.
¿Cuál es el mejor antídoto para esto? Ser consciente y agradecer cada bendición que llega a tu vida. Si te comprometes a dar las gracias, no te quedará tiempo para mirar hacia el costado. ¡Podrás enfocar tus energías en lo que de verdad importa!
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2. Aléjate de las personas que solo valoran lo material

Es simple, si te alejas de gente que nunca ve más allá de lo que tienes puesto, no tendrás que perder el tiempo en conversaciones superficiales y ¡te ahorrarás más de un disgusto!
3. Establece metas que puedes alcanzar
Si te fijas objetivos intermedios alcanzables para lograr tus metas, verás que estarás tan ocupada que no tendrás tiempo de sentir envidia ni tampoco te importará que otras personas sientan eso hacia ti... ¡pruébalo!
4. Compite contra ti mismo
La competencia contra nosotros mismos es sana, porque nos impulsa a mejorar y a obtener resultados mejores. Además es una buena forma de espantar a la envidia.
5. Cultiva amistades que sean como tú
Aléjate de las personas negativas y envidiosas. Creo que todos nos damos cuenta cuando alguien tiene ese sentimiento negativo para con nosotros, ¿verdad? Un excelente consejo es tomar otro camino.
6. Alégrate por los demás
Si te pones feliz por los logros de los demás, no tendrás necesidad de sentir envidia, tan simple como eso.
7. Comparte lo que tienes
Esto definitivamente terminará de alejar a cualquier envidioso que ande merodeando por la vuelta. Lo bueno de ser voluntario o dedicar algo de tu tiempo o pertenencias es que no tendrás tiempo ni ganas de envidiar a otros y que los demás se sentirán impulsados a hacer lo mismo.
La envidia es un sentimiento agotador: te roba el tiempo, la energía y ¡la felicidad! Hazme caso, ¡ocúpate de tus asuntos! No habrá mejor energía invertida.