Sonreír puede ser el arma de conquista más eficaz... siempre y cuando tus dientes se vean impecables. El esmalte que los recubre tiene un tinte natural levemente amarillento, grisáceo o apenas castaño, pero si los ves demasiado oscuros, no intentes hacerte un blanqueado en tu casa.
Siempre recuerda que lo mejor es recurrir a un dentista para que realice un diagnóstico. Los tratamientos duran de 20 minutos a una hora y pueden hacerse en dos o tres sesiones. Si los tuyos no brillan como perlas seguramente sea por una de de estas tres causas.
Alimentos: El café, el té y las bebidas cola dejan una pátina que con el tiempo va manchando el esmalte que recubre los dientes. Y algunas frutas y verduras en exceso, como la remolacha y verduras de hoja, también. Si consumes excesivamente alguna de estas cosas será una buena opción bajar la dosis.
El cigarrillo: La nicotina no solo se acumula en tus pulmones, también con el tiempo se va depositando sobre el esmalte dental. Fíjate en los bordes de los ceniceros cómo va quedando una resina amarronada. Pues, eso es precisamente lo que pasa con el color de tu dentadura.
Algunos antibióticos: Si se ingieren medicaciones a base de tetraciclinas, la raíz de tus dientes puede sufrir modificaciones que cambian el color desde adentro. Otro motivo que modifica el estado de tus dientes "por dentro" es ingerir aguas con excesos de flúor.
Con excepción del cigarrillo, las demás causas pueden ser revertidas simplemente si bajamos las dosis de lo que ingerimos. En el caso del cigarro obviamente hay que eliminar el hábito, algo que realmente no es fácil.