Do’s y Don'ts después de una exfoliación o un peeling, ¿los conocías?
Los peelings y las exfoliaciones con resultados profesionales ya están al alcance de todas. Si buscás recuperar la luminosidad de la piel, reducir las líneas de expresión y disminuir la apariencia de los poros dilatados, podés hacerte estos tratamientos vos misma, ¿lo sabías?
Que los hagas desde la comodidad de tu casa, no significa que no tengas que tener ciertos cuidados. Si no los conocés, prestá atención a la siguiente lista de Do’s y Don’ts.
DO: Protegé la piel
La piel es mucho más susceptible al daño solar después de un peeling o una exfoliación, por eso, el filtro solar es un MUST en tu rutina de belleza diaria. En lo posible, te recomendamos buscar un producto diseñado específicamente para el rostro. Aplicalo en las mañana y las veces que sea necesario durante el día. Este paso es vital para evitar que aparezcan enrojecimientos o manchas después del tratamiento.
DON’T: ¡No te rasques!
Como tu piel se está renovando, es posible que sientas un cosquilleo e, incluso, que se pele un poco en algunas zonas, ¡pero tenés que resistir! Si te rascás o te tocás demasiado la zona, podrías interrumpir el proceso natural de regeneración e interferir con los resultados, causándote enrojecimientos o manchas.
DO: Hidratá moderadamente
Después de este tipo de tratamientos, es recomendable hidratar la piel, pero tené cuidado con la cantidad de crema que vas a usar. Para aprovechar todos los beneficios de un peeling o una exfoliación, debemos dejar que el proceso de regeneración se de naturalmente. Para eso, tenemos que aplicarnos el hidratante facial de la misma manera en que lo haríamos cualquier otro día.
DON’T: No combines tratamientos
En nuestra búsqueda por recuperar la belleza natural de nuestra piel, podemos olvidar la importancia de aplicar un tratamiento a la vez. Si decidís hacerte un peeling, tenés que esperar por lo menos un mes antes de hacerte otro tratamiento dermoabrasivo. ¿La razón? Es vital que dejemos descansar a la piel, sino solo lograremos irritarla y no conseguiremos buenos resultados.
DO: Sé cuidadosa con tu piel
Tu piel está más sensible de lo normal, por lo que deberías prestar atención a cómo la tratás durante tu rutina de limpieza. Es importante que cambies tu toalla facial por una más suave, no frotes el rostro para secarlo (presiona la toalla sobre la piel), lavala con una esponja suave o mejor aún, con tus manos.
¿En resumen? Tené paciencia, no te toques demasiado la piel, hidratala, recordá que el filtro solar es tu mejor amigo y elegí un tratamiento a la vez. ¡Un rostro radiante y suave es posible!
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