Los callos son estructuras que acaban apareciendo cuando usamos calzados incómodos o cuando ejercemos demasiada presión sobre alguna parte de nuestro cuerpo. Aunque parezca contradictorio, son formaciones saludables en el sentido de que ayudan a proteger la piel de ese roce constante. Es la defensa natural del cuerpo contra las fricciones excesivas y quizás eliminándolos se provoque una infección.
Por esta razón la mejor vía para deshacerse de los callos y endurecimientos es prevenirlos, lo que significa usar zapatos adecuados a nuestros pies, así como cuidar cualquier área de la piel. Por muy atractivos que sea el calzado, si no nos queda no debemos usarlo; así mismo cuando trabajamos no podemos olvidar los guantes para proteger las manos y rodilleras si es necesario presionar esta parte del cuerpo.
Un remedio muy útil para prevenir los callos y tratarlos si ya existen es aplicar frecuentemente alguna crema hidratante sobre el área afectada. Paulatinamente se nota que la zona se va suavizando y no vuelve a reproducirse el endurecimiento.
Si el callo está muy arraigado, resulta muy eficaz efectuar un plan de remojo y restriegue durante una semana. Sólo hay que preparar una solución de vinagre blanco y agua tibia e introducir en ella los pies durante 10 minutos. Entonces se debe raspar con un guayo pequeño o piedra pómez, para eliminar la piel muerta. Este proceso toma su tiempo, no debe quitarse todo el endurecimiento de una vez so riesgo de provocar lesiones.
Las mujeres que padecen de diabetes deben consultar siempre con su médico cualquier remedio para eliminar los callos, ya que su piel es mucho más sensible y tienen mayor probabilidad de una infección.