Nunca te has preguntado “¿qué clase de persona puede vivir aquí?”, “¿quién habrá decorado esta casa?” o más simple aun “¿cómo no se me ocurrió esto antes?” Estas son muchas de las interrogantes que nos hacemos cuando llegamos a determinado lugar, como si fuesen ya parte de nuestra manera de observar y además el primer pensamiento anticipado que tenemos sin muchas veces proponérnoslo. ¿Por qué es tan importante la organización del espacio? ¿Por qué la decoración del hogar influye en nuestro estado de ánimo?
Del dónde vivimos al qué somos
Es muy común en estos días vivir en lugares que categorizamos de las siguientes maneras: heredados, rentados, prestados, etc. siendo en su gran minoría “creados”. Partimos para vivir de espacios preconcebidos por otros y a estos nos adaptamos. Nos centramos en la idea de acoplar nuestro modo de vida al hábitat que nos “tocó” y no en ajustar este a lo que realmente queremos, somos y buscamos en un espacio.
Estudios de psicología muestran que el ser humano se desarrolla mejor física y mentalmente en espacios que siente suyos, que reflejan su interior y por tanto el qué es. Procurar elementos en la vida diaria que nos identifiquen forma parte entonces del bienestar que muchas veces no encontramos y demandamos.
El espacio donde coexistimos, sea un espacio pequeño, grande, angosto (como quiera que sea físicamente) tiene que tener elementos que demuestren quién vive ahí. Esta es una de las mejores maneras de disfrutarlo. El no tener posibilidades de comprar lo que nos gusta no merece ser un motivo para no poner a gusto nuestro entorno. Vamos a pensar en eso.
Influencia de la decoración del hogar en el estado de ánimo
Cuando te vistes reflejas cómo te sientes, hacia dónde vas, a qué vas o en qué temporada estás. De la misma manera, la decoración de la casa es igual de reveladora, pues ella muestra a cada segundo quién la recorre. Esto es muy importante desde el punto de vista de expresión de sensaciones y sentimientos, no solo hacia ti, sino también a los demás.
¿No te has sentado alguna vez a ver la televisión y has percibido que quieres salir corriendo o que no puedes estar mucho tiempo en ese sitio? ¿No te has acostado a reposar y cuando caes en la cama sientes que todo el cansancio desaparece y necesitas volver a la normalidad sin haber entonces respondido a tu necesidad fisiológica de descanso? ¿No has entrado en el baño y en vez de relajarte y sentir que te aseas quieres darte una ducha y salir corriendo?
Estas son muchas de las interrogantes que nos hacemos sin prever que la principal causa no la representa el cómo están distribuidas las cosas en el espacio, sino en el cómo dejo yo que permanezcan de esa manera.
Te propongo entonces que recorras tu casa, tu apartamento, tu habitación, esos lugares donde más te encuentras y pasas tu tiempo y pienses, ¿qué quiero yo aquí?, ¿qué sensaciones necesito que me trasmita?, ¿qué pretendo sentir aquí? Y a partir de ese entonces no te conformes y hagas de todo por lograr que tú, que eres la persona más importante, y todos lo que contigo habiten, sientan el placer de vivir en tu casa.