Con un trozo de tela de una sábana vieja puedes hacer un delantal muy divertido como complemento para tu cocina. Opcionalmente, si no eres muy buena costurera y no te defiendes muy bien con la máquina de coser (cómo es mi caso), puedes optar por comprar un delantal blanco o hacer como yo y pedirle a tu suegra o a algún familiar que lo cosa a máquina por ti.
Si compras el delantal ya confeccionado, éste ha de ser lo más sencillo posible y de un solo color, sin ningún dibujo, ya que la decoración va a ser tu creación.
En esta ocasión el delantal ha sido un regalo de mi hija Nerea de cinco años para su padre. Mi marido al que primeramente le sorprendió recibir un delantal para cocinar cómo regalo (ji ji) está muy contento y orgulloso. Es más, se lo pone cada vez que hacemos barbacoas al aire libre en el campo. El diseño del dibujo, depende de ti, pero te muestro el de mi hija para que veas que hasta el modelo más sencillo, tiene un gran encanto.
Materiales:
- Una sábana bajera que no vayas a utilizar o un delantal sencillo ya confeccionado
- Pinturas acrílicas
- Pinceles
- Brocha
- Sellador de textiles
- Lápiz de mina blanda
- Tijeras
- Máquina de coser
Paso a paso:
Si has sido valiente y vas a confeccionar tu propio delatal, solo debes de colocar encima de la sábana uno que ya tengas por casa. La forma es muy sencilla y no esconde mucho misterio, por lo que puedes reseguir el que ya tienes con el lápiz de mina blanda y dibujar su forma en la sábana.
A la hora de cortar la forma procura cortar un poquito más de tela, de la que has marcado, para poder coser el dobladillo. Las tiras del mandil las lograrás cortando dos tiras largas de la sábana de unos 2cm de ancho. Estas se doblan con ambos extremos hacia adentro y se cosen con la máquina. Un par de buenas puntadas las sujetarán a los laterales de tu delantal sin problemas.
Puedes incluso cortar un trocito de tela y colocarle a tu delantal a un curioso y muy práctico bolsillo central.
Una vez tengas el delantal cosido y listo, aplicas una capa de sellador de tejido transparente con una brocha allá donde tengas pensado hacer el dibujo. Ahora es el momento de coger el pincel y la pintura acrílica y dejar a tu imaginación hacer el resto. Una vez hayas acabado de pintar y decorar el mandil, deja que seque.
Cuando esté seco, ya puedes darle otra capa de sellador textil transparente, para poder lavar tu mandil cuantas veces quieras y… listo. Ya puedes cocinar, lavar los platos, y recoger tu cocina con tu mandil de última moda.