Hoy en día, las bañeras de burbujas, las ducha y las bañeras de balneoterapia han dejado de estar reservadas para los centros de spa y los grandes institutos de belleza. Equipándose en casa con aparatos adaptados, es posible transformar el cuarto de baño en verdadero lugar de relajación. Veamos cómo conseguirlo.
La bañera o la ducha de balneoterapia
A primera vista, la bañera de balneoterapia se parece a una bañera clásica con grifos y chorros tradicionales. Sin embargo, su sistema está dotado de un motor eléctrico que propulsa chorros de agua permitiendo varios tipos de masaje. Los chorros pasan en efecto a través de una bomba y la temperatura del agua varía entre los 32 y los 37º.
Los modelos de alta gama de bañeras de balneoterapia disponen de una pequeña pantalla que indica la temperatura del agua y permite programar diferentes funciones como la fuerza del chorro y su dirección. Ciertos modelos disponen incluso de un sistema de desinfección automática.
La ducha de balneoterapia posee un sistema idéntico con un mando que permite alternar la fuerza de los chorros del agua para un masaje sobre la columna vertebral. Para mayor funcionalidad, se puede instalar una boquilla en el interior de la cabina de la ducha.
El spa o la bañera de burbujas
Las bañeras de burbujas o jacuzzi fueron inventados en 1968 por Roy Jacuzzi. Al igual que la bañera de balneoterapia, se puede instalar en un cuarto de baño, a pesar de que normalmente se encuentra en el exterior de la casa, junto a la piscina. Este sistema permite relajarse gracias a una técnica de hidroterapia.
Instalado en el interior de la casa, el spa conjuga confort y bienestar y nos permite pasar momentos muy agradables en familia o con amigos en toda intimidad. Para disfrutar al máximo de la instalación, no olvides reforzar el aislamiento fónico y térmico alrededor del cuarto de baño.
En cuestión de precios, el spa hoy en día es accesible para todo el mundo, con modelos que van del spa inflable al spa de lujo, ofreciendo muchas funciones como el mando para controlar la intensidad de los chorros e incluso la luz. Ciertos modelos se ofrecen con un equipamiento high-tech como un sistema de audio, de vídeo y de aromaterapia.
Algo que se debe tener en cuenta es que como el agua del spa no se vacía automáticamente, conviene realizar una limpieza a fondo dos o tres veces al año. En efecto, tan sólo está equipado con un sistema de desinfección del agua, como ocurre con las piscinas.
Tener un spa en casa está hoy en día al alcance de todos los bolsillos, y los beneficios son muchos, por lo que vale la pena apostar por una tecnología wellness de la que toda la familia puede disfrutar a diario.